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I

cata iccia 4

LLUVIA

julio/agosto 2004

revista de cuento hiperbreve


I revista de cuento hiperbreve Este producto
no es contra el agua

cata iccia 4
I
I
10 pesos
LLUVIA
4
El cuento debe ser denso, intenso, desde la primera hasta la
última línea. No importa el final ni importa la historia. Importa
la historia por la forma en que esté contada.
Augusto Monterroso
CALENDARIO Y TEMAS PARA
COLABORACIONES

Número 5 - MADRE
- Septiembre/Octubre 2004 ¿Le entras a la Cataficcia?
Recepción límite: 24 de septiembre, 2004
Publicación: 1 de octubre, 2004

Número 6 - FOBIA
- Noviembre/Diciembre 2004 Cataficcia, el juego de la palabra.
Recepción límite: 30 de septiembre, 2004
Publicación: 1 de noviembre, 2004 Cataficcia, el grito que no es En efecto, venimos atrasados. El camino a veces
Número 7 - GUERRA deshechable. Cataficcia, la se complica; el camino a veces no es camino, son
- Enero /Febrero 2005
Recepción límite: 30 de noviembre, 2004 fugacidad irrepetible. Cataficcia, caminos. Y es que las ramas encuentran filos
Publicación: 1 de enero, 2005 la huella digital del no clonado. vencidos y dificultades vanas. Sin embargo, un
Número 8 - SOBRENATURAL Cataficcia, la elección de lo cuatro es un cuatro, tanto como una moneda es
- Marzo/Abril 2005
Recepción límite: 31 de enero, 2005 ficticio-cotidiano. Cataficcia, la una pelota pisoteada. Cataficcia, por suerte, hace
Publicación: 1 de marzo, 2005
brevedad, la hiperbrevedad. su cuarta aparición, esperando, sin fatalismos
Número 9 - ESTUPIDEZ
- Mayo/Junio 2005 innecesarios, continuar su travesía. ¿Hasta
Recepción límite: 31 de marzo, 2005
Publicación: 1 de mayo, 2005 dónde? ¿Hasta cuándo? SIEmpre harán falta días
para saberlo.
revista de cuento hiperbreve

cata iccia
I
Los coordinadores
I

Guadalajara, México
ED
EditorialDECIRES
Agosto 2004

CATAFICCIA // revista de cuento hiperbreve


Número 4, Julio/Agosto 2004

Coordinación y diseño: Omar Sánchez Villegas y Rafael Sánchez Villegas


Cataficcia es una revista dedicada al cuento hiperbreve. Circula bimestralmente
en dos versiones: la impresa, en las ciudades de Guadalajara y Tepic, México; la
Portada: Llueve sobre mojado electrónica, vía internet a través del sitio web de la revista . Cataficcia es una
revista TEMÁTICA. Cada dos meses los cuentistas hiperbreves publicados hacen
una polifonía sobre un tópico rector. Dos reglas a considerar: 1) las
Sitio web: I www.cataficcia.tk
colaboraciones no deben exceder las 15 LÍNEAS en Word, con la fuente Times New
revistacataficcia@yahoo.com.mx
Correo electrónico: i
Roman, tamaño 12; 2) con los cuentos debe enviarse el NOMBRE del autor (no se
aceptan nicknames), además del LUGAR (ciudad, estado y país) y AÑO de
Edición: Editorial Decires. Av. Fray Andrés de Urdaneta núm. 1939, t-20, d-3, Col. Jardines de nacimiento. Las colaboraciones deben ser enviadas a
revistacataficcia@yahoo.com.mx. En algún sitio del mail enviado se tendrá que
la Cruz, CP 44950, Zona Cruz del Sur, Sector Juárez, Guadalajara, Jalisco, México.
aclarar el TEMA para el cual esté dirigida la colaboración. Las colaboraciones que
iwww.geocities.com/editorial_decires
falten a alguno de estos requisitos no serán tomadas en cuenta para dictamen.
Esperamos su comprensión.
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Camino en mi habitación oscura guiándome


solamente con mi instinto, escuchando el sonido de La crueldad la descubrí en mi padre, borracho,
los truenos, mientras una lluvia pesada golpea mis pegándole a mi madre, lágrimas. Nunca pude
pensamientos; esas cosas que giran en mi mente, separar esa imagen de las tardes lluviosas de
los sentimientos oprimidos que palpitan para agosto, imaginándome que de nuevo encontraba
tratar de salir de su prisión. Con cada gota que los ojos de mi madre en el cielo, llorosos. Pero,
cae me voy sintiendo menos viva. Sé que necesito después de la rehabilitación de mi padre, ya no
volar pero me aterra hacerlo. Algún día terminará pude comprender el llanto, la lluvia, cuando sus
la tormenta, mas no sé si vuelva a brillar el sol lágrimas brotaban sin sentido en los meses de
como antes, no sé si mis ojos vuelvan a ver el arco febrero y marzo. Sólo me quedó la crueldad.

POR EL LLANTO
iris...
TORMENTA

Miriam Sarahí Luna Paleta Elizabeth Montessori


Guadalajara. México; 1986 Buenos Aires, Argentina; 1978
(mirsa_luna2001@yahoo.com.mx) (montessori271@yahoo.com)
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LAS PROSTITUTAS Y LA LLUVIA

Las prostitutas son como la lluvia: rebeldes de lo


terrestre arremeten contra todo, húmedas hijas
del cielo despreciadas por el abolengo moral, -Me cayeron gotitas, creo que va a LLOVEr-
necesarias como el vino e imprescindibles en -¡No wey!, es el Germán que te está escupiendo
momentos de humedad. Por eso, en nuestro fingido desde la ventana del salón-.
desprecio, se dedican a jugar con los hombres, los
hacen desear y en el momento en que su sed los
abruma ¡sequía!, no se encuentran en la esquina.

EL PERSPICAZ
Omar Roberto Sánchez Villegas Víctor Jiménez Pacheco
Tepic, México; 1985 León, México; 1980
(omarsva@hotmail.com) (pachuco_lindo@yahoo.com)
16 Escenario: indicios de lluvia (sólo indicios).
Oscuridad en la que se sugiere conatos de
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entradas de luz, quizá por ventanas que se
difuminan en la imagen. Ausencia intermitente de
colores, se intuye la alternancia de luz, color y

CUADRO PRIMERO (Y ÚNICO...)


Dicen que los jesuitas tuvieron la enorme oscuridad.
inteligencia de no conquistar a un imperio por la
fuerza ideológica, sino que se dedicaron a cambiar Todos los preparativos podían haber resultado
a los antiguos dioses por los santos cristianos, conmovedores; sin embargo permanecimos de pie,
utilizando para la imagen, en ocasiones, hasta el en una especie de autismo que, lejos de conmover,
mismo material del que estaban hechos los ídolos incomodaba. Solamente la amenaza de tormenta
paganos. Debo pensar, entonces, que fUE TANTA nos libró del mimetismo. Pero, ¿para qué? Claro,
la virtud de estos hombres que el cOSMOS NO casi lo olvido; debía aclararle que permanezco con
logró alterarse en lo absoluto, por lo tanto hOy en la mirada fija siempre que algo me atrapa, e
día debe llover igual, a la San Juan Bautista, que inevitablemente este es el caso. Presa voluntaria
antes, al estilo Tláloc. de una lluvia que no llega, de vENTANas que luchan
por su derecho de admisión, fIRMES E imaginarias.
Sí, presente en un espectrO de colores
parpadeantes. Aunque ahora que lo pienso mejor,
no recuerdo la razón de esta escena, seguramente
JESUITAS

era el silencio. No, quizá fueron la lluvia y sus


ausencias; en fin, simplemente no lo recuerdo.

Miriam Eunice de la Cruz Cabral Alva Lai-Shin Castellón


Tepic, México; 1984 Guadalajara, México; 1980
(kiwi_5_8@hotmail.com) (laishin00@hotmail.com)
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DEPÓSITO DE AUTOMÓVILES EN DÍA CON NUBE

Hombres de azul. Coches de naranja. Desgajados.


Abiertos. Algunos montados sobre otros. Como
una caravana, pero vertical. Economía de espacio o
atentado contra la altura. Presentan síntomas de
catástrofe. Tres dimensiones de cristal. Primer Y después de todo un día de lluvia, me sentí como
plano de un motor disecado. La ceniza es gris. Isabel... Viendo llover en Macondo.
Cuando se acumula, es negra. Igual que la sangre.
Cables y serpentinas. No da el sol donde vivió el
fuego. Un zapato. Está nublado arriba y abajo. Nos
visita el viento del Norte. Lloverá gasolina, o no
lloverá.

DÍA NEGRO
Elena Román Torres Juan Carlos Gutiérrez Mercado
Córdoba, España; 1970 Guadalajara, México; 1984
(gelen13@hotmail.com) (juanito_lenon@hotmail.com)
Hubo una vez, hace más de 500 años, un pequeño
pueblo que estaba ubicado en el desierto. Ahora
tan sólo quedó el despojo de piel, de lo que era
antes una serpiente cascabel bailarina y
12 temeraria. Este pueblo siempre fue muy rico en
vegetación, puesto que pasaba un río en las
11
cercanías. Todo era próspero, tenia una gran
defensa contra tribus indias que a veces
atacaban, ¡ja! pobres pieles rojas, se ponían
“pieles azules”. Pero un día dejó de llover, así
nada más. Ni una miserable gota de lluvia cayó en Llovía sobre sus largos cabellos, el rostro tenía
un año, y el pueblo quedó derruido. Ya podían esa pálida belleza, recuerdo de la juventud que se
saquearlo; la gente con espíritu bajo no se había congelado en el tiempo.
defiende tan bien. El agua… lo era todo en esos
EL HACEDOR DE LLUVIA

días (en especial si vives en medio del desierto). Las gotas frías no tocaban su piel, no corrían por
Un día llegó el “hacedor de lluvia” (ese era el su vestido, no pudieron besar sus labios. La tenue
título de la tarjeta hecha en piel)… Era un anciano llovizna nunca la abrazó por completo.
bajito y narizón (era un indio salvaje… pero a nadie
le importaría si fuera alienígeno). La gente Las lágrimas sin sabor sobre el cristal que cubría
siempre se reunía a su alrededor y decían que se la imagen, RECUERdo hermoso que sostenía entre
estaba “concentrando”… levantaba las manos, sus manoS. IMAGENn de ausencia.
caía un rayo y voilá ¡se hizo la lluvia! Pero era
viejO, Le dio fiebre y murió. Encontraron a un
mUCHACHO indio, lo obligaron a “hacer llorar el

IMAGEN
ciELO”. Y así como en viejos tiempos. Se reunió la
gente, cayó un rayo y llovió… ni siquiera levantó
las manos el pobre muchacho asustado que no
sabía nada sobre hacer llover. Era la fe. Espero y
hayan comprendido el mensaje…

Sergio Miguel Pier Pérez Julio Cesar Zárate


Tepic, México; 1985 Guadalajara, México; 1985
(hybrid_rainbow@hotmail.com) (jcpk17@hotmail.com )
10 09
Había sido rechazada, su orgullo estaba lastimado
y por la herida supuraba venganza. Sabía bien que
no sería fácil cumplir con su deseo; él era más
fuerte que ella, y ella sólo era complemento de
esa fuerza. Por fin, el cielo le DIO LA Oportunidad
que tanto esperaba; algo QUE NUNca había
ocurrido antes, ahora tocaba la puerta de la
La profecía se cumplió: comenzó a llover sangre. primera vez. Debajo de un árbol lo llamó:
Dos horas después choQUÉ Mi Carro... soy -Adán, ven. Esta vez será como tú quieras…-
daltónico. -Lilith, veo que algo está cayendo en abundancia.
¿No me pasará nada…?-

SUCIA VENGANZA
-No lo creo-.
Al salir de la cueva él empezó a deshacerse, la
lluvia convertía de nuevo en lodo su piel, hasta
que sólo quedó un denso charco de barro en el
suelo.
PROFECÍA

Rodolfo Ledesma Cuevas Josué Enrique Nando Durán


Villahermosa, México; 1978 Guadalajara, México; 1984
(rledez@hotmail.com) (end_cronos@hotmail.com)
08 07
Apenas le ha dado la noticia y en su angUSTIA se
pone a beber. La tormenta viene, la máS GRANDE Las tardes lluviosas son interminables juegos de
de todos los tiempos y él, ahí, en medio dE todo. mesa con olor a café. Risk, Turista Mundial y la
Su cabeza está llena de dudas (¿dos de cada uno? tele encendida dando las noticias “Jalapa inundado
¿de dónde espera que saque dos de cada uno? ¿y / fuerte granizada en el norte del estado /
cómo los voy a meter ahí? ¿de dónde voy a sacar atraparon al mocha brazos / el índice de
tanta madera? ¿y nadie me va a ayudar, además?), delincuencia” y la madre que los parió. Encerrados
su cuerpo lleno de temblores. Al final recibe una en las tardes lluviosas inventamos historias,

LAS TARDES LLUVIOSAS


pequeña concesión: anda, haz esto y luego puedes juegos alrededor de la mesa y no sobran los que,
beber todo lo que quieras, antes no. Y así lo logra. con el recuerdo de su silla seca y su chocolate en
Luego, cargando ansias de 40 días y 40 noches, las manos, cuando crecen se vuelven mediocres
suelta todas las mañanas una paloma blanca. poetas, prosistas no, para eso hay que vivir,
Espera junto a la ventana una rama de olivo y viviendo.
piensa (¡vino! ¡vino!).
NO

Omegar Martínez Jiménez Nátaly García Fuentes


Ciudad de México, México; 1979 Coatzacoalcos, México; 1978
(omegar@hotmail.com) (bombi_65na@hotmail.com)
06 05
Miro por la ventana, afuera los carros son
golpeados por el granizo, una señora corre con el
paraguas destrozado y más gente adopta mi El olor de la lluvia sólo se encuentra en las calles
CUANDO LA TORMENTA AMAINE

postura a lo alto de la torre. Ella me mira con odio, de Jalapa. Eterno olor a café y cigarro, engarzado
a mis espaldas, esperando que gire la cabeza para a las gargantas de los transeúntes. Nos
empezar a gritarme. Afuera un carro pasa ocultamos de los olores a lluvia en los cafés, en
derrapando, se detiene en seco después de las esquinas y los restaurantes amigables,
rechinar. Clava su mirada en mi nuca, tamborilea vegetarianos, para encontrarnos sumidos en el
con sus uñas sobre la mesa, susurra algo que no sopor del mediodía, de las horas lentas que caen

EL OLOR DE LA LLUVIA
entiendo. El viento hace gemir a los árboles, los como gotas de agua, cristalizándose a la mitad de
dobla como plástico al fuego, los derrite, sus hojas su verbo, lloviendo, detenidas mientras sorbo un
caen y mi ventana casi me golpea al cerrarse con poco de té negro, para variar, en este café, de
violencia. Me sobresalto. Ella empieza su alegato, olor a lluvia mezclada con cigarro y de amores que
gritos, libros que vuelan, libros que nunca se disuelven como los charcos y los ríos de las
hablaron de viento ahora lo conocían, sus ojos calles.
rojos y mi paciencia eterna. Yo sólo espero que la
tormenta amaine.

Ramón Augusto Suárez Talía Pérez Ibarra


Ciudad Juárez, México; 1983 Jalapa, México; 1985
(ramonuasi@yahoo.com.mx) (talis_56hi@hotmail.com)
04 03
PlaCK, Plack, plack. Unas tras otras caían en
cANTIDADEs incontables. Esos miles de gotas no
me imPORTABan, sólo unas cuantas que se dejaban
caer como kamikazes en retorcidos giros desde el
techo hasta mi lecho. Plack, plack, plack, como
tratando de perforar mi cabeza.

Por fin decido bajar de la cama, prefiero dormir en Lloví, lluevo y lloveré en ti todos los días para
SONIDOS NOCTURNOS

el piso a tolerar el golpeteo de la lluvia sobre mí. toda la vida, pero ¿crees que aguante tu
Ahora si, a roncar… ZzZzZzZ. El agua, casi como paraguas?
ser pensante, se desliza por el techo sin hacer
ningún ruido, hasta colocarse sobre la pecera de
Polo, mi pez dorado, y de nuevo spluch, spluch,
spluch. Me levanto haciendo una rabieta, con
tantos pinches y chingados que parece que Tláloc
me hubiera escuchado, que ese chubasco se fue
convirtiendo en brisa, hasta que Tonatiuh hizo su
aparición con un rayo de luz perforando las
gruesas nubes. Ahora si, a dormir un rato… pi pi pi

LLUVIA
pi ¡pinche despertador!

Noé Mora M. Rubí Pérez Álvarez


Guadalajara, México; 1976 Guadalajara, México; 1985
(odiseo22@hotmail.com) ()
02 01

Alva está muY TRISte porque a Fito le llovió sobre


He aquí un teorema científico comprobado acerca mojado. AlvA NO HA pensado que Fito y la lluvia
del origen de la lluvia: son lo mismo. ALVa lo piensa: ella tranquila, Fito
nervioso. La calle mojada, siempre mojada; llueve
Supongamos que el agua es A. Premisa 1: Cuando A otra vez.
se agüita, entonces A se aguadea. Premisa 2:
Cuando A se aguadea, entonces llueve. Por lo [Un secreto para Alva: Fito no intenta escapar de
tanto, si A se agüita, entonces llueve. la lluvia. ¿Cómo podría hacerlo? Toda la Tierra es
un diluvio]

FITO Y LA LLUVIA
Para Alva y María Laura,
en los días que llueve más de lo normal.
TEOREMA

Raúl Silva-Vázquez Rafael Sánchez Villegas


San Nicolás de los Garza, México; 1981 Tepic, México; 1981
(mevasi@latinmail.com) (proetico@yahoo.com.mx)
0
EL CUENTO CERO

ÁLVARO MENÉNDEZ LEAL


EL HACEDOR DE LLUVIA

En cierto pueblo había un

ED
hombre que hacía llover a
voluntad. Un día, borracho,
desató una tormenta y
murió ahogado. EditorialDECIRES

EL CUENTO CERO

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