Professional Documents
Culture Documents
Vila
Somos un grupo de padres que vivimos en Cervelló y que nos hemos conocido aquí,
con la menos, una sensibilidad común con respecto a nuestro condición de padres, la
del respeto a su condición de niños y su naturaleza infantil y la confianza en su
individualidad. El respeto a sus necesidades, a sus criterios, a sus demandas,... La
confianza en que saben lo que necesitan y su capacidad de expresarlo, en que su
compañía nos enriquece y enseña tanto como nuestra referencia les puede
enriquecer a ellos, no compiten contra nuestras necesidades sino que exigen las
suyas.
Nos gustaría también poderos decir que contéis con nosotros, como dice el poema
de Mario Benedetti:
...Usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo...
...para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Pensamos que también los niños son tan maestros con nosotros como nosotros con
ellos y que el reconocimiento de su naturaleza infantil nos hace más dignos a
adultos y a niños.
Pensamos que cuando tratamos con ellos desde una posición de poder, es fácil que
aparezcan estructuras que hemos ido asimilando como eficaces i lícitas o cuando
menos, un mal menor necesario. La rigidez sin escucha, la manipulación por medio de
rutinas, le chantaje emocional o material, el miedo al castigo, ...
También pensamos que desde esta posición de conflictos de poder es fácil que, por
un lado, proyectemos nuestros propios conflictos, queriendo imponer
comportamientos que no les son propios sin respetar sus tiempos, y por otro
nuestras propias frustraciones, esperando y presionando al niño para que pueda
hacer de todo cuanto antes, que sea el primero de la clase, el más equilibrado, el
más fuerte, el más querido o cariñoso o popular, que cualquiera que sea nuestra
propia frustración sin tener en cuenta que es lo que realmente él quiere, desde
donde realmente él está.
Creemos que no nos libramos ninguno de estas actitudes, pues forman parte de
siglos de cultura, tanto padres como educadores, pero el poder identificarlas y de
vez en cuando evitarlas, es un camino que nos lleva a su realidad y por tanto a una
comunicación autentica con ellos. Nos gustaría que el acompañamiento de nuestros
hijos, durante su tiempo en la escuela fuera cuidadoso, de maestro a maestro, con
confianza y reconocimiento de las dimensiones de ambas partes.
Los niños nos enseñan a ser auténticos, a vivir con plenitud cada instante, en el
presente, nos reflejan cuales son nuestras posiciones más dañadas y nos dan la
oportunidad de replantearnos nuestras certezas (y precisamente por ello muchas
veces aún son más victimizados)
Son un test infalible de nuestra salud emocional como familia, como escuela y como
comunidad. Por nuestra parte los adultos les podemos enseñar desde el ejemplo y
desde nuestra propia autenticidad y poner a su alcance los estímulos y
conocimientos para satisfacer su curiosidad, podemos enseñarle donde están los
límites con respecto a las necesidades reales de los qué estamos a su lado y del
mundo en general. El resto lo aprenden a pesar de nosotros, por que su vida les
empuja a vivirla y aprenden e integran su realidad de sus experiencias y de sus
iguales.
Nos gustaría unos maestros acompañantes que sean auténticos consigo mismos.
Nos gustaría cambiar la relación de poder por una relación subjetiva de autoridad,
de forma que, por ejemplo, el mensaje de ‘Esto está muy bien’ ‘Esto no está bien’
pudiera cambiarse por un percepción subjetiva sin juicio, ‘Esto me gusta mucho’ o
‘esto no me gusta’.
También y por último, nos gustaría que la experiencia de la escuela que a partir de
ahora empezamos fuera una experiencia lúdica, estimulante y amorosa, en la que
cada niño pueda tener la mirada individualizada y de calidad que se merece de su
maestro.
Y por favor contad con nosotros, pero no hasta uno o hasta diez, si no contad con
nosotros, por que así también nosotros sabremos que podemos contar con vosotros.
‘You can say I’m a dreamer, but I’m not the only one’
J. Lennon.