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Línea Jurisprudencial. Iglesia Adventista. Dimaro Alexy.

LÍNEA JURISPRUDENCIAL

¿Pueden los empleadores y las instituciones educativas imponer sanciones a los


empleados y estudiantes miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día cuando
éstos se nieguen a realizar actividades laborales o académicas los días sábados?

SIEMPRE EN ALGUNAS NUNCA


OCASIONES

T - 539 A de 1993
M.P. Carlos Gaviria Díaz.

Salvamento de
Eduardo Cifuentes
Muñoz.

T- 982 de 2001. Libertad


religiosa. M.P. Manuel José
Cepeda Espinoza
T-447 de 2004
M.P. Montealegre Lynett

T- 026 de 2005. Humberto


Antonio Sierra Porto.
Aclaración de voto de
Alvaro Tafur Galvis.

T-448 de 2007
M.P. Nilson Pinilla Pinilla.

T – 044 de 2008
Manuel José Cepeda
Espinoza

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PRESENTACIÓN:

Este estudio surge a partir de la lectura de una de las últimas sentencias que ha
producido la Corte Constitucional, T-044 de 2008, donde se aborda el caso de una
aspirante a la Universidad Nacional a quien, al igual que los demás aspirantes, le fue
programado el examen de admisión para un día sábado, pero ésta pide que el
examen le sea aplazado por cuanto su creencia religiosa le impide asistir a otras
actividades que no sean religiosas. A partir de esta sentencia surge la inquietud de
observar cómo se ha fallado en otras sentencias de la Corte Constitucional casos
similares.

JUSTIFICACIÓN:

Se hace necesario elaborar una línea jurisprudencial acerca del derecho que asiste
a las instituciones académicas y los empleadores de restringir el derecho a la
libertad de culto de los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo día,
imponiendo sanciones a los estudiantes o empleados miembros de esta iglesia en
casos en que éstos se niegan a realizar actividades los días sábados, día sagrado
para los adventistas. Las sanciones impuestas incluye cancelaciones de matrículas
a estudiantes por negarse a asistir a los cursos programados por la universidad para
los días sábados, y hasta cancelaciones de contrato de trabajo a empleados que se
niegan a trabajar los sábados.

El comportamiento de los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene


fundamento en la creencia principal de esta Iglesia que obliga a sus miembros a
guardar el Sabbath, esto es, dedicarse exclusivamente a la adoración de Dios en
una jornada comprendida entre la puesta del sol del día viernes y la puesta del sol
del día sábado.

A pesar de que existe una normatividad específica para los miembros de la Iglesia
Adventista, esta ha sido desconocida por las instituciones académicas y algunas
empresas. La normatividad que actualmente se encuentra vigente en desarrollo del
Derecho Fundamental a la Libertad de Culto y Libertad de Conciencia, incluye
expresamente el respeto por parte de las autoridades de las creencias de los
miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día quienes deben dedicar un
espacio importante para la adoración de Dios.

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Línea Jurisprudencial. Iglesia Adventista. Dimaro Alexy.

Dentro de la Legislación aplicable a la Iglesia Adventista en relación con el articulo


19 de la Carta, encontramos la Ley Estatutaria 133 de 1994 “Por la cual se
desarrolla el Derecho de Libertad Religiosa y de Cultos, reconocido en el artículo 19
de la Constitución Política” y el decreto 354 de 1998, “por medio del cual se
aprueba el convenio de derecho público interno No. 01 de 1997 entre el Estado
Colombiano y algunas entidades religiosas cristianas no católicas”. Este convenio,
estipula en el artículo XXIII:
“Artículo 23, Artículo adicional para la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Con el fin de hacer
efectiva la libertad religiosa y de cultos, establecida en el artículo 19 de la Constitución
Política, el literal b) del artículo 6 de la Ley 133 de 1994: a) El descanso laboral semanal,
para los fieles de la iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo día de precepto o fiesta de
guardar sea el sábado, podrá comprender, siempre que medie acuerdo entre las partes,
desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado en sustitución del que
establezcan las leyes.
b) Los alumnos fieles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que cursen estudios en
centros de enseñanza públicos y privados, siempre que medie acuerdo entre las partes,
estarán dispensados de la asistencia a clase y de la celebración de exámenes desde la
puesta del sol del viernes hasta la puesta de sol del sábado, a petición propia o de quienes
ejerzan la patria potestad o tutela. c) Los exámenes o pruebas selectivas convocadas para
ingreso a cargos de las instituciones del estado o a instituciones educativas, que hayan de
celebrarse durante el período de tiempo expresado en los literales anteriores, serán
señalados en una fecha alternativa para los fieles de la iglesia Adventista del séptimo Día;
cuando no haya causa motiva que lo impida. (subrayas fuera de texto)

Por lo anteriormente expresado, se analizará el siguiente problema:

¿Pueden los empleadores y las instituciones educativas imponer sanciones a los


empleados y estudiantes miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día cuando
se nieguen a realizar actividades laborales o académicas los días sábado?

DESCRIPCIÓN:

T – 539 A de 1993: En este caso, se presenta la situación de una estudiante


universitaria a quien le fue programado actividades académicas para el día sábado
pero la estudiante no asistió a los cursos por cuanto su creencia religiosa le impedía
realizar ese día otras actividades diferentes a las de la Iglesia y así se lo manifestó a
las directivas de la Universidad, quienes no aceptaron las razones expuestas y
procedieron a cancelar su matrícula. La Corte manifestó que en este caso se
encontraba en conflicto la autonomía universitaria contra el derecho a la libertad de

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culto y que éste último no podía afectar la situación de gran cantidad de estudiantes,
lo cual su vez, podría afectar gravemente la dirección de la universidad, razón por la
cual, la estudiante debía escoger entre asistir a las reuniones de la iglesia con
sacrificio de sus actividades académicas o viceversa. Además, la Corte afirmó que
en desarrollo del pluralismo existente en la nueva constitución, se debe respetar el
Derecho a la Libertad de Cultos, pero no es posible que cada culto reclame para sí
un estatus político diferente y prevalente, ni mucho menos afectar la convivencia en
sociedad.

SALVAMENTO DE VOTO: Eduardo Cifuentes Muñoz. La tesis esbozada por el


Magistrado, apartándose de la decisión de la mayoría, se cimienta en que debe ser
buscado un punto de encuentro que permita el desarrollo de la autonomía
universitaria sin oposición a la libertad de culto y de conciencia de la demandante.
Para el magistrado, ninguno de estos derechos puede mancillar al otro, pues no
puede la universidad obligar a la estudiante a actuar en contra de su conciencia ni
puede la estudiante afectar la autonomía que tiene la universidad de fijar los horarios
para las diferentes clases. Pero un punto medio podría permitir el desarrollo de cada
uno de estos derechos. Así fijó el Magistrado su concepción:

“La objetividad del derecho hace más seguro al sistema pero afecta la comunicación entre el
derecho y la realidad. La justicia del caso satisface las necesidades sociales de justicia pero
hace inseguro y aleatorio el sistema. Por eso es necesario encontrar un punto intermedio en
el cual beneficios y desventajas encuentren su mejor combinación”.

T- 982 de 2001. M.P. Manuel José Cepeda. Sentencia Fundadora de Línea y


dominante. Es la sentencia más mencionada en las sentencias posteriores. Concede
el amparo a los adventistas. El caso corresponde a una mujer perteneciente a la
Iglesia Adventista que labora para una caja de compensación familiar. Desde el inicio
de su contrato laboral trabajó de lunes a viernes en una jornada de nueve horas
diarias, pero por decisión de director administrativo de la empresa, se modificó la
jornada laboral adicionando tres horas para el día sábado a fin de completar las
cuarenta y ocho horas semanales de trabajo. La demandante, informó a la empresa
su imposibilidad de cumplir con la jornada impuesta para los sábados debido a su
creencia religiosa que obliga a guardar el día sábado para la adoración de Dios.

El empleador hizo caso omiso de la situación de la trabajadora y luego de que ésta


faltó tres sábados consecutivos, el empleador optó por darle por terminado el
contrato laboral. La Corte en este caso afirmó que

“Obligarlos a trabajar ese día conlleva desconocer por completo ese ámbito de protección de

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la libertad religiosa e implica obligarlos a actuar en contra de una de sus creencias


centrales”

En consecuencia, dando prelación al Derecho de Libertad de Culto y de Conciencia,


artículo 19 de la Carta, la Corte revocó las sentencias de los jueces de primera y
segunda instancia y tuteló el derecho de la demandante, obligando a la empresa a
restituir en el cargo a la empleada.

Esta sentencia es importante para la línea que construimos por cuanto es contraria
al precedente que había fijado la misma Corte Constitucional en la sentencia C-039A
de 1993. M.P. Gaviria Díaz. Frente a este punto la Corte manifestó que el contexto
en que se había expedido aquella sentencia había cambiado sustancialmente, pues
con posterioridad a ella se expidió la Ley estatutaria 133 de 1994 “Por la cual se
desarrolla el derecho a la libertad religiosa y de cultos, reconocido en el artículo 19
de la Constitución Política”y el Decreto 354 de 1998 por el cual se aprueba el
Convenio de Derecho Público Interno número 1 de 1997, entre el Estado colombiano
y algunas Entidades Religiosas Cristianas no Católicas. Por lo tanto, el contexto
normativo había cambiado y por eso la nueva sentencia debía pronunciarse desde
ese ámbito.

A partir de esta sentencia, se se expone un argumento que será defendido por las
demás salas de revisión en casos similares, dando origen a la línea jurisprudencial.

El argumento se origina por una expresión contenida en el convenio de derecho


público interno No. 01 de 1997 entre el Estado Colombiano y algunas entidades
religiosas cristianas no católicas, ap`robado mediante decreto 358 de 1994. Allí la
Ley estipula:

a) El descanso laboral semanal, para los fieles de la iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo día de
precepto o fiesta de guardar sea el sábado, podrá comprender, siempre que medie acuerdo entre las
partes, desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado en sustitución del que
establezcan las leyes.
b) Los alumnos fieles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que cursen estudios en centros de
enseñanza públicos y privados, siempre que medie acuerdo entre las partes, estarán dispensados de
la asistencia a clase y de la celebración de exámenes desde la puesta del sol del viernes hasta la
puesta de sol del sábado. (subrayas fuera de texto).

La Corte manifestó que la expresión “siempre que medie acuerdo entre las partes”
no se refiere a que son las autoridades las que deben decidir si se restringe o no el
derecho a la libertad de culto y de conciencia, pues esta restricción sólo opera por
ministerio de la Ley o de la Constitución. De esta forma, la expresión deberá ser

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entendida en el supuesto de que el acuerdo sólo hace referencia al modo en que los
estudiantes y trabajadores acordarán con las autoridades administrativas la forma de
compensación de las horas laborales o académicas.

T-447 de 2004: M.P. Montealegre Lynett. Sentencia modificadora de línea. A pesar


de existir el precedente judicial establecido por la sentencia T – 982 de 2001, la
Corte constitucional no tuvo en cuenta la sentencia anterior y dictó una sentencia en
donde no se tuteló el Derecho a la Libertad de Cultos, siendo un caso con similitud
al anterior. En esta sentencia la Corte estudió el caso de dos servidores públicos,
miembros de la Iglesia Adventista, que fueron citados a participar como jurados de
votación para el referendo del 25 de octubre de 2003, día sábado. Los jurados no se
presentaron a ejercer su labor como jurados y temían una posible sanción
disciplinaria por este hecho, razón por la cual acudieron a la acción de tutela. En
este caso la Corte se apartó del precedente de la sentencia T – 982 de 2001 he hizo
mención a la sentencia T 039A/93, sin manifestar expresamente que acogía esta
norma como precedente en vez de la T-982 de 2001 pero afirmó que la decisión
deberá ser diferente por cuanto la labor de jurado de votación no es una actividad
que demanda la participación de jurados cada sábado. Manifestó:

“En relación con la proporcionalidad, la Corte considera que no resulta en extremo afectado
el derecho fundamental invocado. Si bien, para la comunidad Adventista el respeto por el
día sábado es un elemento fundamental de su sistema de creencias, resulta claro que la
realización de elecciones o la convocatoria a referendos no demanda la participación de las
personas cada sábado. Antes, el referendo votado el día 25 de octubre de 2003, fue el
primero en realizarse desde la adopción de la Constitución de 1991. Así, no se trata de que
el Estado le imponga a los demandantes, como consecuencia de la no distinción, un deber
permanente, que era el caso analizado en la sentencia T-982 de 2001”

Y adicionó:

“dado el carácter plural de la sociedad colombiana y el mandato constitucional de respetar


dicho pluralismo, así como el deber estatal de tratar de manera igual a todos los cultos,
resulta en extremo complejo establecer tratamientos diferenciales para hacer compatibles la
realización de actividades masivas, como elecciones y sufragios de democracia participativa
u otras actividades que el Estado prepara de manera general, con distinciones que tengan
en consideración cada uno de los posibles escenarios. En consecuencia se niega el amparo
solicitado por los demandantes”.

T – 026 de 2005: M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. Aclaración de voto de Alvaro

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Línea Jurisprudencial. Iglesia Adventista. Dimaro Alexy.

Tafur Galvis.

Reafirma la sentencia T-982 de 2001 y empieza a dar forma a la línea


jurisprudencial. Se presenta para su estudio el caso de una estudiante del Sena,
perteneciente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a quien le fue cancelada la
matrícula por no presentarse a los cursos que tenía programados para el día
sábado.

La Corte fundamentó su decisión en el precedente establecido por la sentencia T


-982 de 2001:

“No es objeto de transacción el núcleo del derecho mismo, es decir, para el caso de los
adventistas, si pueden o no disfrutar del Sabath. El objeto de acuerdo es, por el contrario,
los mecanismos alternativos para recuperar el tiempo de inasistencia durante estas horas”.

“El acuerdo entre las partes como condición de posibilidad del disfrute del Sabath, sin
recibir por ello sanciones posteriores debido a la inasistencia académica en ese lapso, es
elemento definitorio del derecho a la libertad religiosa de los miembros de la iglesia
adventista del séptimo día y se encuentra, por tanto, dentro del ámbito de protección
constitucional de la garantía. Lo anterior significa que si el estudiante que profesa esta
religión informa al momento de la matrícula o dentro de un término razonable al inicio del
calendario académico su imposibilidad de asistir durante el Sabath a clases, las directivas y
profesores no podrán negarse a llegar a un acuerdo como negación a priori de un posible
arreglo sobre el punto. Deberán estudiarse, en consecuencia, las alternativas disponibles y
viables acordes con las exigencias religiosas que propicien un arreglo entre las partes en
conflicto. Es decir el término “acuerdo” al que se refiere el convenio Nº 2 celebrado con la
iglesia adventista del séptimo día –artículo adicional al decreto 354 de 1998-, está asociado
con el diálogo efectivo entre profesor o directivas educativas y el estudiante fiel y no a la
elusión de debate como condición suficiente del respeto del “acuerdo” al que se refiere la
ley”.

Sustentada en este argumento fijado por la sentencia fundadora de línea, se tuteló el


derecho a la libertad de culto y de conciencia y se ordenó a la directivas del SENA
reintegrar a la estudiante a la academia y presentar fórmulas de acuerdo para
recuperar las clases dictadas durante el sabath.

T – 448 de 2007, M.P. Nilson Pinilla. Es una sentencia que continúa con la línea
jurisprudencial que ha mantenido la Corte Constitucional desde la vigencia de la
Sentencia T – 982 de 2001. Comienza por hacer un análisis de la jurisprudencia
emitida por las salas de revisión de tutela de la Corte Constitucional en casos
similares, y sin hacer muchos pronunciamientos en lo que respecta a la ratio
decidendi concedió el amparo solicitado manifestando que

“las entidades educativas de carácter público, pero también las privadas, están vinculadas

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por el deber de procurar el acuerdo con los estudiantes que, por razón de sus convicciones
religiosas, no pueden cumplir regularmente el calendario académico u otras obligaciones
estudiantiles”

T – 044 de 2008: M.P. Manuel José Cepeda. Es la sentencia más reciente emitida
por la Corte Constitucional en lo que respecta al objeto de estudio. En este caso se
asume el estudio de dos hermanas miembros activos de la Iglesia Adventista que
aspiraban a ingresar a la Universidad Nacional pero habían manifestado con
antelación a la fecha de presentación del examen de admisión que su credo religioso
les impedía presentar el examen ese día por cuanto debían guardar el sabath. En
este caso, la Corte ampara el derecho a la libertad de culto y de conciencia
solicitado por las demandantes, reafirma los argumentos esbozados en la sentencia
T- 982 de 2001 y confirma la línea jurisprudencial que ha mantenido la Corte
Constitucional frente a este tema. Manifiesta, además, que aunque las demandantes
apenas eran aspirantes a la Universidad Nacional, la Universidad está en la
obligación de llegar a acuerdos con los estudiantes que se encuentren en la misma
situación de las demandantes a fin de evitar restricciones a la libertad de culto, las
cuales sólo pueden ser impuestas por la Ley y la Constitución.

ANÁLISIS: Como podemos observar en el gráfico de la página 1, se han presentado


algunas variaciones en cuento a las decisiones que ha adoptado la Corte
Constitucional frente al caso estudiado. Se comienza por la sentencia 539A/93 en
donde se avala la restricción a la libertad de cultos y de conciencia en bajo la tesis
de que la convivencia en comunidad era un principio superior al buscado por la
demandante, de tal forma que se hacía imposible que cada credo buscara unos
beneficios particulares opuestos a la convivencia en comunidad. Con posterioridad a
la expedición de la sentencia mencionada, el legislativo expide la Ley estatuaria 133
de 1994 en la cual se le reconoce el derecho a la libertad de culto de la iglesia
adventista y en un artículo de aplicación exclusiva para esta Iglesia se establece que
las autoridades deberán respetar la ritualidad del sabath y en consecuencia deberán
reprogramarse las actividades religiosas y académicas fijadas para esos días.

Con posterioridad a la mencionada sentencia, se expide el convenio de derecho


público No. 1 de 1997, aprobado por el decreto 354 de 1998, que reafirma lo
estipulado en el artículo 19 de la Constitución.

Aún con la vigencia de este régimen legal aplicable a la situación de los adventistas,
diferentes instituciones, centros educativos e incluso jueces de todas las jerarquías
desconocieron el derecho tantas veces mencionado. Tal es el caso de varias

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personas que debieron acudir a la acción de tutela para que se les reconociese el
derecho consagrada en la Constitución Política y reconocido por las leyes.

Con la sentencia T- 982 de 2001, se rompe la tesis fijada por la sentencia t 539A de
1993, estableciendo una ratio diametralmente opuesta, viéndose la sala de revisión
de tutela que analizó el caso, a afirmar que la decisión era diferente por cuanto ya
existía un régimen estatutario que había sido aprobado por la Corte y que la decisión
se adoptaba desde esa orilla.

Pero esta jurisprudencia no tardó en ser atacada y así, tres años después, con la
sentencia T- 447 de 2004, la Corte, tácitamente apoyada por la sentencia del
magistrado Carlos Gaviria (T-539 de 1993), da prioridad al principio de la
convivencia en un pueblo democrático y que por tanto los credos no podían obstruir
la convivencia ciudadana u oponerse a los principios del Estado.

Pero luego de esta sentencia, la Corte se pronuncia sobre el caso de una estudiante
del Sena a quien le fue cancelada la matrícula por no asistir a los cursos de los
sábado (T-026/05). Allí, la Corte encontraba ya fallos a favor y en contra de cualquier
decisión adoptable, pero se inclinó por la tesis del respeto a los derechos
particulares por oposición a la tesis de respeto de la convivencia en comunidad. Esta
sentencia brindaba la oportunidad para empezar a fortalecer una línea
jurisprudencial bastante tenue que había empezado a construir la sentencia T-982 de
2001.

Deteniéndonos en esta sentencia, T-447 de 2004, se observa que la tesis de esta


jurisprudencia manifiesta que debido a que la asistencia como jurado de votación en
unas elecciones “no era un hecho repetitivo que se presentara todos los sábados”,
entonces los adventistas podían excusarse en este hecho para no asistir a las
actividades religiosas del sabath. Si la Corte hubiera acogido este supuesto, las
demás sentencias pudieron haber negado el amparo solicitado por los aspirantes a
la Universidad Nacional, en el entendido de que estos exámenes de admisión no son
situaciones que se presenten cada sábado. Pero la Corte, en los demás casos,
acogió la jurisprudencia de la aplicación inmediata del derecho consagrado en el
artículo 19 de la Carta y de la no restricción de este derecho bajo ningún supuesto.

Luego con la sentencia T-026 de 2005, la Corte recoge el argumento de la T-982 de


2001 y fortalece la línea jurisprudencial. Ya con los antecedentes fijados, las nuevas
sentencias no se apartaron de la línea de respeto a los derechos particulares de los
miembros de la Iglesia Adventista y en consecuencia las sentencias T-448 de 2007 y
la T-048 de 2008 se limitan a mencionar los alcances y los argumentos establecidos

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en las sentencias anteriores y sin establecer nuevas tesis, se vinculan a esta línea.

CONCLUSIÓN: Es necesario mencionar que el análisis de todas las sentencias


estudiadas, muestra una línea zigzagueante en su comienzo, en donde la
jurisprudencia era ampliamente diferente a la que antecedía, pero luego de que se
fue afirmando esta línea, la tesis se fue unificando y la línea tomó fuerza y se
convirtió en antecedente de obligatorio cumplimiento para las decisiones posteriores,
esto se demuestra con el hecho de que las últimas sentencias de la Corte sobre el
tema de estudio, comporta una línea recta sin direccionamientos hacia la tesis
contraria.

En la gráfica se observa que en el espacio dedicado a las posibles decisiones que


corresponde a la tesis de restricción del derecho en algunas ocasiones, sólo se
encuentra el salvamento de voto de Eduardo Cifuente Muñoz. En el salvamento de
voto, el magistrado crea la tesis del punto medio, en el sentido de que se debe
buscar una solución que no restrinja el derecho a la libertad de culto ni el derecho a
la autonomía universitaria, a pesar de que aquél, en su concepto, es superior a éste.

Por la última afirmación, se observa que el Magistrado Cifuentes, se encuentra más


ligado con la teoría de la no restricción del derecho que con la de restricción del
mismo, por eso lo ubicamos en el centro pero con tendencia a la derecha.

Finalmente, la teoría del Magistrado Cifuentes fue recogida por la sentencia T-982 de
2001 pero reforzada en el sentido de que no puede haber restricciones de
autoridades académicas o laborales y esta la tesis que conserva la Corte
Constitucional hasta la fecha, sin que haya habido decisiones diferentes en los
últimos años.

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