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APROXIMACIÓN CRÍTICA A LA LEY 57/2003, DE MEDIDAS PARA
LA MODERNIZACIÓN DEL GOBIERNO LOCAL
Asistimos a un capítulo más de la inflación normativa en materias de directa
aplicación a los municipios que ha caracterizado las ultimas legislaturas.
Al paquete de reformas de 1999 conocido como "Pacto Local" y la profunda
reforma de la Ley de Haciendas Locales de 2002 que vino, entre otras cosas, a
eliminar en la práctica el IAE, se unió la permanente inestabilidad en el
Régimen Urbanístico, con una ley, de 1998, en permanente enmienda y
revisión ante la incapacidad de contener el incremento exponencial en el precio
de la vivienda, del que sistemáticamente se responsabilizaba a las "malas
prácticas de los Ayuntamientos en política de suelo".
El año 2003 se despidió con lo que iba a ser Ley de Grandes Ciudades y acaba
siendo una nueva Ley de medidas parciales de tan escaso alcance y relevancia
que su propia Exposición de Motivos nos avanza una nueva vuelta de tuerca:
"El objetivo último debe ser la elaboración de una nueva Ley de Bases de la
Administración Local, que constituya un instrumento adecuado para que
nuestros gobiernos locales afronten los complejos retos que les presentan los
albores del siglo XXI…". Es decir, que ni esta Ley es ese instrumento
adecuado, ni esta novísima reforma será la última con la que nuestros
legisladores parecen amenazar a medio plazo.
I. VALORACIÓN GENERAL
La Ley cuenta con dos partes bien diferenciadas:
a. Una de aplicación general al conjunto de los municipios, por la
que se modifica o introducen distintas disposiciones de muy
reducido alcance a la vigente Ley 7/1985, reguladora de las Bases
del Régimen Local.
b. Otra aplicable únicamente a lo que se denomina "Municipio de
Gran Población". Evidentemente es esta última la parte más
destacada de esta nueva Ley. Fundamentalmente por que el
legislador ha terminado por asumir lo que parecía una evidencia:
Que no era de recibo que ciudades de 3 millones de habitantes
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con áreas metropolitanas de otros tantos, se rigiesen por la
misma normativa que municipios de poco más de 100
empadronados.
Sin embargo, este sustancial avance en cuanto a concepción se ve
escandalosamente frustrado en la concreta regulación de este "hecho
diferencial". Nada de competencias, nada de financiación, y únicamente
una serie de cambios en cuanto a organización.
Además, la llamada Ley de Modernización vuelve a caer en el
uniformismo que criticaba de la normativa que pretende reformar. En
efecto, el centenar de ciudades a las que la ley será susceptible de
aplicación mantendrán idéntico régimen de organización y
funcionamiento, sin que la legislación autonómica de régimen local, y
mucho menos su propio reglamento orgánico, les permita una mínima
capacidad de maniobra para su adaptación a las características y
problemáticas particulares y diferenciadas.
Como avanzamos en el título del presente informe, no pretendemos un
análisis descriptivo de las reformas y novedades introducidas, de fácil
comprensión con la mera lectura del articulado, sino destacar las
carencias, riegos y oportunidades que subyacen a las medidas de la Ley
57/2003 que consideramos más relevantes.
II. MEDIDAS INTRODUCIDAS EN LA LEY DE BASES DE RÉGIMEN
LOCAL CON CARÁCTER GENERAL
1.ª OBLIGATORIEDAD DE CREAR ÓRGANOS DE PARTICIPACIÓN
CIUDADANA (ART. 70 BIS.1).
Lo que, en principio, parece ser un avance en la democratización de la vida
local, debe ser concretado en el desarrollo legislativo de las CC.AA., pues la
Ley 57/2003 únicamente habla de "órganos adecuados para la efectiva
participación de los vecinos", concepto jurídico indeterminado difícilmente
alegable a la hora de un hipotético recurso contra la creación de estructuras
que limitasen o impidiesen en la práctica el deseable desarrollo de la
participación vecinal.
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2.ª POLICIA LOCAL Y SEGURIDAD CIUDADANA (DISPOSICIÓN ADICIONAL
DÉCIMA).
A pesar de haber suscitado un amplio consenso la necesidad de una mayor
implicación de las Policías Municipales en el mantenimiento de la seguridad
ciudadana en un sentido integral y preventivo, la Ley zanja el asunto
remitiéndolo a la "elaboración de una nueva norma". Es decir, que la Ley
53/2003 no avanza un milímetro en este sentido.
3.ª POSIBILIDAD DE MANCOMUNAR MUNICIPIOS DE DISTINTAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS (ART. 44.5).
Una medida que puede contribuir a la coordinación y mejora de servicios
públicos de municipios que, por su localización, mantienen una mayor
vinculación económica o cultural con otros pertenecientes a una Comunidad
Autónoma diferente.
4.ª COOPERACIÓN ESTADO/ENTIDADES LOCALES (ART. 117).
La Ley deja las cosas como estaban, reducidas a la participación de ambas
instituciones en Comisión Nacional de Administración Local cuya regulación no
difiere sustancialmente de la actual.
5.ª REGULACIÓN DEL TRANSFUGUISMO (ART. 73.3).
Quienes abandonen el grupo constituido por la formación política que concurrió
a las elecciones tendrán la condición de "miembros no adscritos". Sin embargo,
de esta calificación únicamente se desprende una consecuencia practica para
el tránsfuga: "No podrá tener derechos económicos y políticos superiores a los
que disponía en el Grupo que abandona". Por lo demás la ley permite al
Reglamento Orgánico Municipal el desarrollo del tratamientos de estas
prácticas, pero mucho nos tememos que sin una cobertura más clara,
contundentemente y desincentivadora, cualquier acuerdo municipal en este
sentido tendrá escasas garantías de éxito ante un seguro recurso del tránsfuga
en vía judicial.
6.ª LA FORMACIÓN QUE CONCURRIÓ A LOS COMICIOS SE QUEDA CON
EL GRUPO MUNICIPAL (ART. 73.3).
Se da validez jurídicoorganizativa a las decisiones de los Partidos Políticos. El
abandono o expulsión de la mayoría de Concejales de la formación política por
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la que fueron elegidos supone su salida del Grupo Municipal y su consideracion
como no adscritos. Sin embargo, y de forma contradictoria, nada se dice
respecto si el abandono o expulsión es de la fracción minorizaría de los
Concejales integrantes del Grupo.
7.ª REGULACIÓN DE LA INICIATIVA PROPULAR (ART. 70 BIS.2).
Un porcentaje de vecinos podrá presentar propuestas que deberán ser
sometidas a debate y votación en el pleno y, en su caso, sometidas a consulta
popular. Sin embargo, dicha consulta debe realizarse con el actual y complejo
procedimiento (mayoría absoluta del Pleno y autorización del Gobierno del
Estado), cuya necesaria modificación no ha sido abordada por la Ley 57/2003.
8.ª CONFERENCIA SECTORIAL EN MATERIA DE RÉGIMEN LOCAL (ART.
120 BIS).
El régimen local, como tantas otras materias en que Estado y CC.AA. disponen
de ámbitos competenciales propios, será objetivo de una Conferencia Sectorial
como marco de cooperación interinstitucional hasta ahora inexistente y de vital
importancia si se quiere avanzar en lo que se ha venido a denominar la
segunda descentralización, en la que las CC.AA. tendrán mucho que decir al
respecto.
9.ª POSIBILIDAD DE SANCIONAR INCLUSO EN AUSENCIA DE
LEGISLACIÓN SECTORIAL AL RESPECTO (NUEVO TÍTULO XI).
Hasta la fecha los municipios únicamente podían considerar infracción, y en
consecuencia sancionarla, aquellas conductas recogidas expresamente en la
legislación sectorial estatal o autonómica. Ello suponía dejar impunes múltiples
actitudes incívicas a cuya concreción no podrían llegar leyes de carácter
general.
La reforma pretende dar cobertura legal a la sanción de actuaciones recogidas
en las ordenanzas que perturben la convivencia, los servicios públicos o sus
instituciones.
No obstante, habrá que estar alerta para que estos loables objetivos no
terminen por avalar ordenanzas arbitrarias y limitadoras de libertades y
derechos civiles.
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10.ª ELIMINACIÓN DE LA MAYORÍA CUALIFICADA PARA APROBAR LAS
ORDENANZAS FISCALES (ART. 47).
Carecía de sentido la exigencia de mayoría absoluta para la aprobación de
ordenanzas fiscales mientras que para los presupuestos únicamente precisaba
mayoría simple. Ahora ambos acuerdos, claramente vinculados, se equiparan y
alcanzan con esta última proporción.
11.ª SE MANTIENE EL REPARTO DE COMPETECIAS ALCALDE/PLENO
SURGIDO DE LA REFORMA DE 1999 (ART. 21 Y 22).
Al contrario de lo que sucede para las "ciudades de gran población" no se
produce pérdida de competencias del Pleno a favor de la Alcaldía.
12.ª ATRIBUCIÓN A LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES DE LA
COMPETENCIA EN MATERIA DE DESARROLLO LOCAL Y PLANIFICACIÓN
DEL TERRITORIO (ART. 36).
Se materializa en la ley lo que ya venía siendo práctica cotidiana de estas
instituciones. No obstante, surge la duda si no se ha perdido la oportunidad de
abordar con mayor rigor otros órganos de carácter supramunicipales que
pudiesen desempeñar estos cometidos con mayor proximidad al territorio y los
agentes que en él operan.
13.ª INCORPORACIÓN DE LA ENTIDAD PÚBLICA EMPRESARIAL COMO
FÓRMULA DE GESTIÓN DIRECTA DE LOS SERVICIOS MUNICIPALES
(ARTS. 85 Y 85 BIS).
La Ley remite la regulación de esta nueva figura, como la de los organismos
autónomos y las sociedades mercantiles, a lo dispuesto por la Ley de
Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado.
La nueva figura parece destinada a la realización de actividades de naturaleza
económica en concurrencia con empresas privadas rigiéndose, asimismo, por
el Derecho Privado, excepto en lo que respecta a la formación de voluntad de
sus órganos de Dirección.
14.ª CAMBIO DE DENOMINACIÓN DE LA COMISIÓN DE GOBIERNO. (ART.
20).
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Pasa a denominarse Junta de Gobierno Local, sin que varíen las competencias
que tenia atribuidas.
III MEDIDAS APLICABLES A LOS MUNICIPIOS "DE GRAN POBLACIÓN".
1. POSIBILIDAD DE QUE UN TERCIO DE LA JUNTA DE GOBIERNO NO
SEAN CONCEJALES ELECTOS (ART. 126.2).
El artículo 140 de la Constitución manifiesta expresamente que el
"Gobierno y Administración (de los municipios) corresponde a sus
Ayuntamientos, integrados por los Alcaldes y los Concejales". La
incorporación a un órgano de gobierno y administración del
Ayuntamiento, como es la reforzadísima Junta de Gobierno Local, a
personas que no gozan de ninguna de esas dos condiciones es una
medida de muy dudosa constitucionalidad.
2. ÁMBITO DE APLICACIÓN (ART. 121 Y DISPOSICIÓN TRANSITORIA
PRIMERA).
La Ley distingue dos procedimientos para la aplicación del régimen de
organización de municipios de gran población:
a). Todos los municipios de más de 250.000 habitantes y capitales de
provincia que, sin superar esa cifra, cuenten con más de 175.000 habitantes
deberán, en el plazo que resta hasta el 30 de junio de 2004, adaptar su
organización a las nuevas previsiones legales.
b). Por el contrario, las ciudades capitales de provincia o de Comunidad
Autónoma (con independencia de su población) y los restantes municipios de
más 75.000 habitantes deberán adoptar en pleno la iniciativa para solicitar de
las Asambleas legislativas de su Comunidad Autónoma su inclusión en el
referido régimen de organización.
Para el caso concreto de los municipios, que sin ser capitales de provincia o
Comunidad Autónoma, dispongan de más de 75.000 habitantes, deberán
demostrar la existencia de "circunstancias económicas, sociales, históricas o
culturales especiales", que justifique este tratamiento.
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3. PÉRDIDA DE COMPETENCIAS DEL PLENO A FAVOR DE LA JUNTA DE
GOBIERNO LOCAL (ARTS. 123 Y 127).
Basada en "atender a la necesidad de un liderazgo claro y diáfano ante la
sociedad, lo que exige ejecutivos con gran capacidad de gestión para actuar
rápida y eficazmente" (Exposición de Motivos de la Ley 57/2003) se da una
nueva vuelta de tuerca en el vaciamiento competencial del Pleno. La
contrapartidaexcusa es la ya utilizada en la reforma del 99: Aumentar la
capacidad de control del Pleno sobre la Junta de Gobierno. Sin embargo, quien
haya observado la vida municipal tras la anterior modificación, habrá observado
la nula efectividad de esta supuesta potenciación de la capacidad de control.
En la práctica, el Pleno pierde su competencia para:
• Adjudicar cualquier contrato y concesión, con independencia de su
cuantía o duración.
• Aprobar la relación de puestos de trabajo.
• Aprobar el número de personal eventual.
• Fijar las retribuciones complementarias fijas y periódicas de los
funcionarios.
Como mal menor cabe indicar que la transferencia de competencias del Pleno
no se hace al Alcalde sino a la Junta de Gobierno, lo que puede ser interesante
para los casos en que esta se compone de distintos partidos que han sumado
sus Concejales para alcanzar la mayoría.
4. SE DIVIDEN LOS PUESTOS RESERVADOS A FUNCIONARIOS DE
HABILITACIÓN NACIONAL (ARTS. 122, 129, 130 Y 134 A 137).
REDACCIÓN ANTERIOR REDACCIÓN ACTUAL
SECRETARIO DEL PLENO
TITULAR DE LA ASESORÍA JURÍDICA
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TESORERO TITULAR DEL ÓRGANO DE
GESTIÓNECONÓMICOFINANCIERA Y
PRESUPUESTARIA
TITULAR DEL ÓRGANO DE GESTIÓN
TRIBUTARIA
Los titulares de los nuevos órganos estarán igualmente reservados a
funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter
nacional, cubiertos en la mayoría de los casos (ciudades de más de
100.000 habitantes y capitales de provincia o comunidad autónoma) por
el sistema de libre designación previsto por el artículo 99.2 de la LRBRL.
5. CREACIÓN DEL CONSEJO SOCIAL DE LA CIUDAD (ART. 131).
Este órgano, que ya funcionaba con este u otro nombre en distintos
municipios en uso de su capacidad de autoorganización, se considera ahora
de obligada creación. Pero esta exigencia puede dar lugar a un organismo
vacío de contenidos pues la regulación legal no fija en que supuestos sus
informes serán preceptivos, emplazando esta decisión al acuerdo de Pleno que
lo regule y, por tanto, dejando su funcionalidad al albur de la voluntad política
de la mayoría que deba adoptarlo.
6. CREACIÓN DE LA COMISIÓN DE SUGERENCIAS Y RECLAMACIONES
(ART. 132).
El encabezamiento que lo regula "Defensa de los Derechos de los
Vecinos" despierta unas expectativas que se ven inmediatamente
frustradas por su contenido.
Lejos de un órgano ejecutivo que permitiese canalizar las reclamaciones
frente a la administración municipal sin tener que acudir a la vía judicial,
se crea una comisión con un funcionamiento similar al de El Defensor
del Pueblo, esto es elaboración de un informe anual sobre el
funcionamiento de la Administración en función de las quejas
presentadas. Pero ni siquiera la figura de "hombre bueno" que otorga
cierta imparcialidad a esta institución se traslada a esta Comisión
municipal de nueva creación. Su composición será en proporción a la
representación de cada grupo en el Pleno y, por tanto, el sometimiento a
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la batalla partidaria, la capacidad de bloqueo del grupo mayoritario y, en
definitiva, la inoperatividad del organismo, estará servida.
7. POSIBILIDAD DE DELEGAR COMPETENCIAS RESOLUTORIAS DEL
PLENO EN SUS COMISIONES [ARTS. 122.3.C) Y 123.3].
Sorprende que, tras la pretendida conversión del Pleno en el órgano de debate
político (y no ejecutivo) por excelencia, se prevea la posibilidad de sustraerle de
debates de tanto contenido como:
• Ordenanzas y Reglamentos municipales.
• Determinación de las formas de gestión de los Servicios Municipales.
• El planteamiento de conflictos de competencia a otras entidades locales
o administraciones.
8. CREACIÓN DE CARGOS INTERMEDIOS ENTRE LA ESTRUCTURA
POLÍTICA Y FUNCIONARIAL [ARTS. 123.1.C) Y 130.3].
Con la denominación de Coordinadores Generales y Directores Generales (e
incluso otros de "nivel complementario inferior" libremente determinados por el
Alcalde), podrán ser designados tanto entre funcionarios de cualquier
administración como entre no funcionarios "con experiencia en el desempeño
de puestos de responsabilidad en la gestión pública o privada". El vacío legal
respecto a su nombramiento y la posibilidad de no ostentar la condición de
funcionario parece indicar que nos encontramos con el denominado "personal
eventual de confianza y asesoramiento especial", que verá multiplicarse
exponencialmente su número en las plantillas municipales.
De la importancia que tendrán estas nuevas estructuras da buena cuenta la
posibilidad de que la Junta de Gobierno pueda delegar en ellas competencias
tan importantes como la concesión de licencias, adjudicación de contratos,
concesiones administrativas y distintas materias económicas y de personal. Sin
duda una de las previsiones que más contribuirá a agilizar la gestión
económica municipal, superando el tradicional sistema de "firma del concejal"
que requería cualquier actuación por irrelevante que fuese.
9. DISTRITOS. (ARTS.123.1.c) y 128)
La obligatoriedad de crear distritos en las ciudades "de gran población" puede
considerarse una de las medidas más interesantes de la presente reforma
legal. Más aun si se tiene en cuenta que se establece que éstos deberán contar
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con "órganos representativos y participativos", poniendo así freno a hipotéticas
tentaciones de hacerlos funcionar en base a un órgano unipersonal a
semejanza de la tradicional figura del "Delegado de la Alcaldía" en un ámbito
del término municipal.
10. RECLAMACIONES ECONÓMICOADMINITRATIVAS.(ART. 137)
Esta medida tendrá una relevante incidencia en las relaciones cotidianas
del ciudadano con la Administración. A partir de ahora ante cualquier
discrepancia o reclamación sobre actos de gestión, liquidación,
recaudación e inspección de tributos e ingresos de derecho público, el
ciudadano podrá:
1. Interponer potestativamente recurso de reposición, que será
resuelto por el mismo órgano que dictó la resolución cuestionada.
2. Interponer (se haya ejercido o no el derecho a presentar el
recurso de reposición) reclamación económicoadministrativa.
Esta reclamación será resuelta por un órgano independiente, de carácter
técnico y de forma gratuita, lo que, esperemos, evitará al ciudadano
tener que acudir a la vía judicial que para el caso de reclamaciones de
escasa cuantía hacía desistir a muchos del ejercicio de sus derechos.
11. ÓRGANOS PARA EL ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LAS "CIUDADES
DE GRAN POBLACIÓN". (ARTS. 138 Y DISPOSICIÓN ADICIONAL NOVENA).
La Ley prevé la creación de una "conferencia de ciudades" como órgano de
colaboración del Estado, Comunidades Autónomas y Alcaldes de municipios a
los que se aplica este régimen organizativo y del "Observatorio Urbano" sobre
la calidad de vida en estas ciudades. Con independencia del recorrido y
eficacia que ambos organismos puedan tener en el futuro, parece adecuado
crear foros de análisis y colaboración en el seno de la Administración General
del Estado sobre el fenómeno Urbano. Un camino ya avanzado en países como
Francia, con la creación del Ministerio de la Ciudades, y que en el Estado
Español se había descuidado ante el mayor empuje del debate, siempre
abierto, del encaje de nacionalidades y regiones en el Estado Autonómico.
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