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I. Introducción
Podrá parecer trivial recordar estas cosas, pero es importante recordar que la medición del
espacio y el tiempo cambió radicalmente por efecto de esta globalización científica. La
retícula de meridianos y paralelos que recubrió el planeta, siendo convencional, cuadriculó
la Tierra, instituyendo un espacio-tiempo universal. El globo quedó troceado por una
retícula geométrica y los usos horarios de los diversos países y culturas, adaptados
originariamente a los ritmos y regularidades naturales, se fueron integrando en lo que
podemos denominar la globalización Greenwich. En la medida en que el meridiano de
Greenwich y el Ecuador cuadraron el globo, las diversas localizaciones geográficas y
horarias pasaron a ser comparables entre sí, medibles, conmensurables.
Este nuevo espacio social se superpone a los dos primeros entornos (naturaleza y ciudad),
no sólo a nivel mundial (globalización), sino también desde el punto de vista regional,
local, doméstico e incluso corporal. Precisamente por ello la emergencia del tercer entorno
implica una profunda transformación de la estructura de las sociedades, porque las TIC no
sólo transforman el espacio-tiempo global, sino también los ámbitos locales y
domésticos(4). La globalización electrónica modifica mucho más profundamente la vida
social y personal que las globalizaciones anteriores, debido a que no sólo irrumpe a nivel
planetario, sino también en los ámbitos regionales, locales y privados. En ello radica su
fuerza, pero también las posibilidades de acción cívica en el espacio electrónico. En lugar
de pensar que estamos determinados por la globalización telemática, lo que importa es
cómo construimos y nos adaptamos al tercer entorno en los diversos escenarios sociales en
los que actuamos (económicos, lingüísticos, cívicos, sociales, educativos, etc.).
II.4. El tercer entorno no sólo es Internet, ni mucho menos la World Wide Web. Las TIC
que posibilitan la construcción de E3 son el teléfono, la radiotelevisión, el dinero
electrónico, las redes telemáticas (descentralizadas y abiertas como Internet, pero también
centralizadas y cerradas), las tecnologías multimedia (CD-Rom, DVD, etc), los videojuegos
y las tecnologías de realidad virtual. Para ilustrar sencillamente lo que es el tercer entorno,
cabe decir que, así como un ordenador tiene unos periféricos, el tercer entorno está formado
por todos los ordenadores conectados a redes telemáticas más sus diversos periféricos,
incluyendo teléfonos, televisiones, tarjetas de crédito, sistemas de memorización,
almacenamiento y procesamiento, grabadoras, impresoras, micrófonos, videocámaras, etc.
II.8. Ante todo, el tercer entorno difiere de los otros dos por su estructura matemática: por
su métrica (distancia versus proximidad) y por su topología (reticularidad versus
recintualidad o territorialidad). Aparte de las diferencias matemáticas, E3 también se
diferencia de E1 y E2 por sus propiedades físicas, epistémicas, geográficas, etc. Todos
estos rasgos distintivos son graduales. Los más relevantes son los matemáticas y luego los
físicos, epistémicos, sociales, económicos, lingüísticos, etc. Cabe mencionar las siguientes
diferencias:
E1 y E2 E3
1: Proximal Distal
2: Recintual (territorial) Reticular (transterritorial)
3: Físico (átomos) Informacional (bits)
4: Presencial Representacional
5: Corporal Electrónico
6: Sincrónico Multicrónico
7: Extensión Compresión
8: Movimientos físicos Flujos electrónicos
9: Circulación lenta Circulación rápida
10: Asentamiento en tierra Asentamiento en el aire
11: Estabilidad Inestabilidad
12: Localidad Globalidad
13: Pentasensorial Bisensorial
14: Memoria mental y escrita Memoria electrónica
15: Analógico Digital
16: Separación semiótica (idiomática) Integración semiótica (idiomática)
17: Homogeneidad Heterogeneidad
18: Nacional Transnacional
19: Autosuficiencia (independencia) Interdependencia
20: Producción Consumo
II.9. El tercer entorno funciona gracias a la electricidad, siendo ésta la energía básica del
nuevo espacio social. Internet es el principal canon de E3, por ser el germen de una
sociedad infocivil. Aparte de la hipótesis aquí propuesta, hay otros modelos conceptuales y
metáforas para interpretar esta transformación: la aldea global (McLuhan), la tercera ola
(Töffler), el ciberespacio, las autopistas de la información (Gore), la sociedad de la
información (informe Bangemann), la nueva frontera electrónica (Barlow), el mundo digital
(Negroponte), las mentes interconectadas (De Kerckhove), el mundo virtual (Lévy), la
sociedad-red (Castells), el espacio electrónico (Unión Europea 2000), etc. El uso de unos u
otros modelos conceptuales (o metáforas) no es inocuo. Al proponer el término ‘entorno’
subrayo que el nuevo espacio social está literalmente en torno a nosotros: además de ser un
espacio global, E3 implica un nuevo espacio-tiempo para el desarrollo del sujeto
(individual, comunitario, lingüístico, etc.).
II.13. Ese nuevo espacio de interacción social no sólo incide en la vida pública, sino
también en la vida íntima y en las actividades privadas, que se adaptan y transfieren al
entorno electrónico de interacción a distancia. Surgen nuevas interfaces con E3 (ventanas -
aparatos de radio, pantallas de TV-, puertas -teléfonos, pantallas de ordenador, portales-,
cajones -CD-Rom, CDI-, cerraduras -tarjetas y claves de acceso, passwords-, vehículos -
navegadores, buscadores-, almacenes -bases de datos-, etc.) que abren o cierran las
conexiones con el tercer entorno. Las interfaces básicas entre el ser humano y los entornos
naturales y urbanos (sentidos, habla, escritura, etc.) se ven implementadas y transformadas
por esas prótesis tecnológicas, que inciden en el entorno vital del ser humano (Lebenswelt).
En E3 las percepciones e intervenciones se producen a distancia, asincrónica y
mutidireccionalmente mediante representaciones y artefactos tecnológicos.
II.14. En el tercer entorno, a los criterios de ciudadanía basados en el nacimiento y la
residencia se les añade el de la conexión telemática. Para actuar en el tercer entorno hay
que estar conectado y, además, saber actuar a distancia, en red, a través de representaciones
electrónicas, digitales e informáticas, etc.
II.15. El tercer entorno modifica los escenarios de la vida social, al convertir los recintos
basados en la proximidad entre los agentes en redes telemáticas donde los agentes sociales
actúan a distancia. El desarrollo de la sociedad de la información implica el traslado de
buena parte de la actividad social al espacio telemático. Para actuar e interrelacionarse en
E3 hay que adecuarse a su estructura, y por ello esa "emigración" (sin movimiento físico,
pero sí con cambios mentales y culturales) al tercer entorno implica profundos cambios en
las organizaciones y en las relaciones entre las personas. Lo que cambia es el espacio de
relación entre las personas físicas y jurídicas. Por ello cambian, entre otras, las relaciones
culturales y lingüísticas.
La emergencia del tercer entorno conlleva la aparición de una nueva forma de escritura y
publicación, la escritura electrónica, basada en la digitalización, la informatización, la
hipertextualización, la telematización y la memorización electrónica multimedia. En los dos
primeros entornos hay usos íntimos, privados y públicos de los idiomas respectivos. Es
importante tener en cuenta que el tercer entorno no sólo cambia lo que se publica
electrónicamente (World Wide Web), sino también el habla y la escritura íntima y privada
(tertulias, correo electrónico, archivos personales, firma electrónica, encriptación,
autentificación, etc.). El habla de E1 y la escritura de E2 son transferibles al tercer entorno
mediante artefactos tecnológicos como el teléfono digital, el reconocimiento automático de
voz, el software de procesamiento de textos y sonidos, el teletexto, las tarjetas de sonido,
los discos compactos y otros muchos. También las imágenes y los datos pueden ser escritas
en el espacio electrónico, debido al carácter multimedia del nuevo espacio. En una palabra:
en E3 es posible escribir el habla, los textos, el sonido, las imágenes, las fórmulas, los
números y los datos, y todo ello independientemente del sistema de signos que cada cultura
pueda utilizar para hablar o escribir. Por todo ello, la escritura electrónica es el gran
ejemplo actual del proyecto leibniciano de una Characteristica Universalis, todavía por
ampliar y perfeccionar. La aparición de la escritura y la imprenta produjo un fuerte impacto
sobre las lenguas habladas. Otro tanto ocurre hoy en día: la escritura electrónica de E3
induce profundos cambios en las lenguas habladas y escritas. En la medida en que los
procesos semióticos dependen en E3 de las cinco fases antes mencionadas (digitalización,
informatización, hipertextualización, telematización y memorización electrónica), practicar
una lengua en el tercer entorno implica saber digitalizar, informatizar, hipertextualizar,
telematizar y memorizar lo que unos y otros expresamos, incluyendo el caso en que
hablemos lenguas distintas. Ya no basta con saber articular los fonemas y componer frases
con intención expresiva o comunicativa, ni tampoco con trasladar al papel lo que pensamos.
La alfabetización digital implica nuevas competencias "lingüísticas", que es preciso
aprender y practicar competentemente si queremos expresarnos en nuestra lengua en el
tercer entorno. Un desafío así no sólo atañe a los hablantes, sino también a las lenguas
mismas, y en concreto a las autoridades que las promueven. Dicho desafío es global,
universal, es decir, afecta a todas las lenguas. Cabe decir que la emergencia del tercer
entorno implica una nueva fase evolutiva en el desarrollo de las diversas lenguas humanas.
Aquellas lenguas que sepan adaptarse a la estructura del nuevo espacio sobrevivirán y se
desarrollarán en E3. Las que no lo logren, se verán relegadas al primer y segundo entorno,
quedando como lenguas de segunda categoría, como ya ocurrió en el caso de las lenguas y
tradiciones orales que no dieron el salto al espacio impreso, es decir, al segundo entorno,
por lo que respecta a los espacios lingüísticos.
Dicho esto, y dado que el espacio del que dispongo es limitado, resumiré brevemente
algunas de las consecuencias que se derivan de la hipótesis del tercer entorno a la hora de
analizar el impacto de las TIC sobre las lenguas, dejando para otro momento un análisis
más detallado de lo que implican los tres cambios aludidos.
Las TIC transforman y pueden hacer adaptarse y evolucionar favorablemente a las lenguas
en el tercer entorno de las siete maneras siguientes, como mínimo:
III.2. Desarrollando redes telemáticas de banda ancha robustas y fiables que faciliten los
flujos informacionales en una lengua concreta (protocolos, navegadores, portales de acceso,
documentos multimedia, etc.). Este aspecto suele ser el más tenido en cuenta.
III.3. Posibilitando que los hablantes puedan acceder al tercer entorno a través de interfaces
fónicos amables (reconocimiento de voz, transcripción fonética automatizada, etc.), de
modo que el ritmo, la entonación, la musicalidad, la dicción y las variantes fonéticas
puedan ser transferidas y adaptadas a los usuarios de una misma lengua. La popularización
de las tecnolenguas exige un esfuerzo de innovación orientado hacia la pragmática de las
lenguas, la psicolingüística y la sociolingüística. Una tecnolengua cuya escritura electrónica
(multimedia) resulte poco atractiva tendrá menos probabilidades de expandirse en Internet.
III.7. Es importante tener en cuenta que las innovaciones tecnológicas que favorezcan el
desarrollo de una lengua en E3 no sólo deben orientarse hacia los ámbitos públicos de
Internet (la WWW). Tan importantes, o más, son los ámbitos privados, que al fin y al cabo
son los escenarios donde más se practica y se desarrolla una lengua. Por ello hay que
distinguir entre el tercer entorno e Internet, y en particular entre el espacio e-lingüístico y la
World Wide Web.
Obsérvese que todas estas consecuencias, y otras muchas que podrían mencionarse,
conllevan acciones de política lingüística que, a mi juicio, es preciso acometer si se quiere
lograr una buena adecuación y un desarrollo favorable de las lenguas en el tercer entorno.
En lugar de pensar que la globalización electrónica nos lleva inexorablemente a un mundo
angloparlante, lo importante es decidir lo que vamos hacer para potenciar nuestras lenguas
en el tercer entorno, en lugar de lamentarnos de que en Internet, en la televisión, en los
videojuegos y en las restantes TIC predomine el inglés de los Estados Unidos de América.
La hipótesis del tercer entorno es una conjetura pro-activa, porque de ella se derivan
acciones a emprender, no predicciones. Desde otros marcos conceptuales las consecuencias
serían muy distintas, y por ello he dedicado bastante espacio a exponer con detalle la
hipótesis general. En cualquier caso, la política lingüística que adopte la Unión Europea
durante los próximos años a la hora de impulsar el desarrollo de las lenguas europeas en el
espacio electrónico será determinante para el futuro de dichas lenguas. Las numerosas
instituciones que han colaborado en la organización de este Coloquio deberían incidir sobre
la UE para que el desarrollo del Plan e-Europa contemple también, y de manera prioritaria,
la transformación de las lenguas en e-lenguas. Tal es la sugerencia concreta que he venido a
hacerles a todos ustedes.
IV. Conclusión
En un plano más general, es preciso concluir que la evolución favorable de las lenguas en el
tercer entorno depende en gran medida de la innovación tecnológica que facilite y
simplifique su uso en el espacio electrónico. Cervantes dio un gran impulso literario a la
lengua castellana al escribir el Quijote, al igual que los gramáticos y los simplificadores de
la escritura potenciaron el acceso a la lengua escrita. De la misma manera, hay que
promover la aparición de e-escritores, e-traductores y e-oradores que puedan atraer a
hablantes de diversas culturas a la práctica de una lengua electrónica. Aquella lengua que
produzca las primeras obras maestras de la escritura electrónica adquirirá un gran impulso
en el siglo XXI. Pero, sobre todo, avanzará aquel idioma cuyos hablantes puedan
comunicarse con gran facilidad y charlar privada e íntimamente a través de las redes
telemáticas, aunque sea mediante sistemas de traducción automática, y por ende con una
considerable simplificación de las expresiones usables.
Lo que no cabe pensar es que basta con trasladar las lenguas actuales al tercer entorno. La
creación y la innovación en la escritura electrónica es la principal tarea. No hay que olvidar
que las e-lenguas no sólo se componen de palabras y textos, sino que también incluirán
imágenes, películas, melodías, juegos, escenarios virtuales y sistemas de documentación y
de acceso específicos. El escritor del futuro será un info-, tecno-o e-escritor, es decir, un
equipo multidisciplinar que sepa crear obras electrónicas multimedia de calidad en el tercer
entorno.
VI. Bibliografía
Dery, M., Velocidad de escape. La cibercultura en el final de siglo, Madrid, Siruela, 1998.
Doheny-Farina, S., The Wired Neighborhood, Yale, Yale Univ. Press, 1996.
McLuhan, M., Gutenberg´s Galaxy, Toronto, Univ. of Toronto Press, 1962. Trad. en
Barcelona, Círculo de Lectores, 1993.
Postman, N., Technopoly. The Surrender of Culture to Technology, Alfred A. Knopf, New
York, 1992.
Rodríguez de las Heras, A., Navegar por la información, Madrid, Fundesco, 1992.
Sáez Vacas, F., Miscelánea metainformática, Madrid, Ed. América Ibérica, 1993.
Toffler, A. y H., Las guerras del futuro, Barcelona, Plaza y Janés, 1994.
Notas
(2) Ver J. Echeverría, Los Señores del Aire: Telépolis y el Tercer Entorno, Barcelona,
Destino, 1999.