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CONTENIDOS:
• Introducción.
• Tipos de experiencias que pueden facilitar la relación y el focusing.
• Definición y descripción de la Experiencia de Revalorización Personal.
• Fundamento teórico de la Revalorización Personal.
• Ejemplos de Revalorización Personal.
• La ubicación espacial del “tesoro interno”.
• Relación y focusing.
• Sugerencias prácticas.
• Conclusiones finales.
• Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
Es posible que por lo menos una vez a lo largo de nuestras existencias nos haya
tocado vivir situaciones adversas o dañinas que dejaron alguna huella oscura en
nuestro ser. Quizás nos haya tocado una familia constantemente sumergida en
conflictos, pasar por una relación sentimental enfermiza y tortuosa, tener la mala
suerte de haber sufrido una experiencia traumática de maltrato o abuso, o
sencillamente vivir una situación que para cualquier otro hubiese sido fácilmente
llevadera pero que para nosotros significó un dolor indescriptible, como un engaño, una
persona que dejó de hablarnos para siempre, una decepción, etc.
Por ejemplo, una persona que siempre había tenido confianza y seguridad en sí
misma, podría, después de haber experimentado continuas decepciones en sus
relaciones de pareja, empezar a sentir que algo en ella no anda bien, que quizás no es
digna de amor, que no sabe manejar las relaciones, que no tiene suerte, etc.,
sentimiento que puede influir en diversas dimensiones de su experiencia, impidiéndole
percibir cuando otra persona le está ofreciendo un cariño auténtico, haciéndole
pensar que no se puede confiar en nadie, e impulsándola a actuar de tal manera que
evita el contacto estrecho con los otros.
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en sus procesos de crecimiento, que el Focusing puede contribuir sustancialmente a
facilitar experiencias que devuelven a la persona un sentimiento de auto-valoración. A
este tipo de vivencias le he llamado Revalorización Personal, y he notado que
implican mucho más que la simple aceptación e integración de aspectos que la persona
había rechazado previamente (“Ahora se que mi mal humor era una forma de no
quererme a mí mismo”, “Puedo ser imperfecto”, “He aprendido que no está mal sentir
miedo”, etc.), sino que consisten en el descubrimiento de valiosas potencialidades,
recursos y sentimientos que las personas vivencian con profunda emoción y alegría,
que les entrega la certeza de estar recuperando, ganando o aumentando su valía como
seres humanos, y que les configura un nuevo y más positivo sentido de si mismos en-
el-mundo.
Este tipo de experiencia surge cuando la empatía, partiendo desde los aspectos
experienciales que están en movimiento en la persona, empieza a ayudar a ésta a
descubrir matices emocionales nuevos o sentimientos distintos a los que ya conocía. En
este sentido, entenderemos que estos nuevos aspectos de la experiencia que resultan
tristes o penosos para la persona, implican un paso más allá de los sentimientos de
tristeza o dolor que ésta nos comunicaba inicialmente. Esto puede resultar difícil de
entender para algunas personas, pero no es lo mismo un dolor o una pena tensionante
e inmovilizante, o sea, detenida experiencialmente, que un dolor o una pena
completamente vivenciada y fluyente, o sea, con movimiento experiencial.
“Lo que siento (aquí en mi pecho) es como una llama... Se hace más
grande cuando no la quiero ver... (llorando) Ya se qué es... Es el fracaso.
1
En ningún caso planteo esto como una reducción de la amplitud y la complejidad de la
experiencia humana.
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Existe un amplio espectro de experiencias vinculadas a la emergencia de la Espiritualidad,
desde la experiencia de “Despertar” a otras de tipo “Transpersonal”, las cuales han sido
clasificadas y descritas en la bibliografía especializada en el tema. Ya que el objetivo de este
ensayo es enfatizar solamente la Experiencia de Revalorización Personal, se ha desestimado la
inclusión y descripción de las distintas clases de experiencias espirituales.
2
No había querido ver que mi matrimonio fracasó... por eso la llama se hacia
tan grande...”
“Me siento muy solo desde hace tiempo, me da pena darme cuenta...”.
“Me doy cuenta que no tengo porqué ser tan exigente conmigo misma”.
“Siento que está bien si cometo errores y no trato de agradar a los demás”.
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recuperado aspectos de nuestro ser que creíamos enterrados e inaugurar un
sentimiento de mayor valía como seres humanos; eso es lo que yo llamo una
Experiencia de Revalorización Personal.
“Tengo esto dentro de mi, es algo maravilloso... ¡Tengo todo eso bueno
dentro de mi!”.
“¡No se cómo explicártelo, pero esto me hace sentir como si fuese otra
persona... es mucha la felicidad!”
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interés hacia los otros seres humanos; pudiendo incluir o no experiencias
transpersonales, como por ejemplo, expansión de la conciencia, alteración de la
percepción del tiempo y el espacio, desarrollo de la intuición, sentimientos de conexión
cósmica, etc.
Otras Consideraciones.
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A finales del año 2004, tuve la suerte de vivir una experiencia de este tipo, la cual comparto en
un ensayo titulado “Una Experiencia de Despertar Espiritual” (En proceso de elaboración).
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Otra consideración importante es que, estas experiencias no constituyen en
ningún caso sucesos aislados, sino procesos que se hayan entrelazados y en
movimiento y que son distinguibles debido a la ocurrencia de un suceso gatillante que
tiene lugar en la relación terapeuta-cliente y que va más allá de lo apreciable en la
interacción. Podemos distinguir claramente cuando una persona está teniendo una
Experiencia de Duelo o una Experiencia Revalorizadora atendiendo los indicadores
experienciales que cite en la clasificación que propuse.
Definición:
Descripción:
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de su persona en relación a los otros y al mundo. El cliente siente con claridad
que algo ha cambiado definitivamente, como si hubiese un “antes” y un
“después” de esta experiencia.
LENGUAJE NO VERBAL PARA UNA SENSACIÓN SENTIDA MÁS ENRAIZADA, EMERGENTE O PROFUNDA.
10. Otro rasgo distintivo de la ERP es que los aspectos simbolizados tienen un
carácter infinito, intocable, inagotable, o permanentemente protector.
Por ejemplo, la persona comenta: “Esta capacidad de perdonar está en un lugar
de mi donde nadie puede llegar y dañarla”. O bien, decir: “Siento que tengo un
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amor infinito, del porte del universo”. O: “Es un aire renovador, viene desde una
fuente inagotable”. Este aspecto de la experiencia, seguramente está vinculado
con el indicador anterior, en que la experiencia se siente como viniendo desde el
fondo del cuerpo sentido.
11. Incluye una expansión del espacio corporal interno: La persona siente
que la sensación que era inicialmente vaga, difusa y pequeña se amplia
considerablemente una vez que su significado sentido ha sido develado.
13. Al vivir esta experiencia, la persona puede pasar de estar con los ojos cerrados
(atendiendo el significado sentido), a tenerlos abiertos (una vez que empieza a
simbolizar el sentir), pero aún atendiendo la aparición de un “algo
interno”. La expresión que se configura en la cara es la típica de la sorpresa,
de estar presenciando algo nunca antes visto. Si la persona continua con los
ojos cerrados en todo momento, su expresión puede configurar una expresión
de paz o alegría incipiente.
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FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA REVALORIZACIÓN PERSONAL.
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y ahora, con otros, en el mundo, en el universo, considerando todo lo que en ese
preciso momento resulta relevante o importante para ella. El sentir y dar significado a
esta compleja situación o interacción con el medio, es algo que el cuerpo humano lleva
directamente, más que en pensamientos o palabras (al igual que las plantas) y la
capacidad de llevar adelante tal situación (su interacción consigo mismo y con el
ambiente), de hallar nuevos significados o nuevas y más adaptativas formas de vivir es
algo que el cuerpo lleva implícito como un potencial infinito. Infinitas posibilidades
situacionales, infinitas posibilidades humanas de ser.
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Si una persona se siente poco creativa es posible que en la interacción
terapéutica descubra que en si misma hay una fuente de creatividad inagotable, si otra
persona señala que no es cariñosa es posible que se redescubra como un ser lleno de
amor y ternura para si misma y para los otros; en un proceso de llevar adelante y más
concretamente al vivenciar una experiencia que aquí he llamado Revalorización
Personal.
“¿Por qué aparecen lo ‘no vivido’ y lo que falta’? ¿Son indicativos de fracaso
y patología? También puede que se deban a tu desarrollo. Si no encuentras
la forma de vivir algunos aspectos de ti mismo, puede ser porque te has
desarrollado tanto (y tan bien) que las formas habituales, poco elaboradas,
han quedado fuera de tu alcance” (Gendlin, 1986).
La reflexión anterior nos muestra una visión mucha más positiva acerca del
cuerpo vivo y sus potencialidades, ya que éste no sólo buscará sus mejores
posibilidades ante la constatación de la carencia en situaciones adversas, sino que
también cuando sea patente el desarrollo en una situación ya es estable o positiva.
Cuando las personas se dan cuenta que necesitan vivir sus vidas de un modo
mejor, más allá de la carencia, resulta natural que también puedan vivenciar en si
mismas experiencias positivas con las cuales puedan “completar sus lagunas” y
sobrellevar los sentimientos de desvalorización que se asocian a “lo que falta”, “está
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perdido” o “dañado” en ellas. Cuando este tipo de experiencias tienen lugar, las
personas tiene una clara sensación que dentro de sí algo se ha “sanado”, algo han
“reencontrado” o que algo que nunca habían experienciado ha sido “descubierto”, y
esto les permite obtener un nuevo sentimiento de Revalorización Personal, ya que la
pérdida o carencia se ha “completado a sí misma” (Gendlin, 1996).
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De la desvalorización a la revalorización hay un proceso continuo e indivisible.
El partir desde “lo herido, lo perdido y lo que aún no ha sido descubierto” hasta
llegar a “lo que se sana, lo que se reencuentra y lo que se descubre”, obviamente, no
consiste en dos pasos separados, sino que constituye un proceso continuo e indivisible.
Así como jamás podríamos decir que una planta realizó las acciones de constatar en su
cuerpo la falta de minerales, y luego alargas sus raíces en la tierra, en dos etapas o
pasos separados, ya que su proceso de existencia es una unidad que no se puede
dividir; tampoco podríamos decir que los procesos de crecimiento humanos ocurren en
etapas o pasos.
Para explicar cómo es que los procesos humanos de llevar adelante la existencia
constituyen algo indivisible y en constante movimiento o interacción, propongo la
metáfora de una flor. Cuando una flor está en proceso de florecer obviamente nosotros
no podemos distinguir como este movimiento continuo e indivisible se está
produciendo, y para verlo tal vez tendríamos que tomar una filmación de la flor y luego
verla en cámara rápida. Del mismo modo, los procesos humanos de crecimiento
emocional tampoco son algo que se pueda dividir y “ver a simple vista”. Para observar
como la existencia de una persona transita incesantemente a través del desarrollo, la
crisis, la revalorización personal, nuevas crisis y más desarrollo, ¡probablemente
tendríamos también que tomar una filmación de su existencia y verla en cámara
rápida!
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Los nombres de las personas son ficticios.
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mediados de la psicoterapia y de forma espontánea queda “enganchado” de una
extraña sensación en su pecho, la cual lo tiene muy sorprendido:
(Después de varios minutos en que se refiere a cómo este temor a quedar sin amor se
relaciona con su vida privada)
T: Tal vez puedas entrar en ese vacío y poner atención a qué más sientes.
P: Hay como una luz.
T: Sientes que en el vacío hay una luz.
P: Sí. Es una luz blanca.
T: Presta atención para ver de qué se trata.
P: (Con una sonrisa amplia) ¡No puede ser!... ¡No puede ser!... ¡Es amor!
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T: Sientes que hay amor dentro de ti.
P: Si, lo siento que viene desde muy al fondo, y es como inagotable.
T: Entonces, hay mucho amor dentro de ti.
P: Es increíble... es como del porte del universo, es muy grande... ¡Siento mi cuerpo
muy grande, lleno de amor!
T: (con mucha alegría) ¡No lo dudo! ¿Y que ocurre con ese amor?
P: No me había dado cuenta que estaba ahí, en realidad ¡nunca he estado vacía... y
nunca voy a estar vacía!
Al finalizar la sesión Pamela estaba sumamente feliz y decía que tenía salir a
compartir ese amor que había descubierto. Después, en otras sesiones, me contaba
que se sentía una persona renovada, que estaba más abierta al contacto con los otros
y que se sentía más segura y satisfecha de si misma.
Alfredo tiene 26 años. Decidió a hacer terapia para elaborar una pérdida que no
ha podido superar. Una persona que fue importante para él decidió no hablarle nunca
más desde hace seis años. Al comenzar su terapia (y con la ayuda del Focusing)
identifica que esta situación lo hace sentir como si no tuviera valor como persona. A
mediados del proceso terapéutico (nuevamente a través del Focusing) descubre un
extraño sentimiento: necesita “ganarle de alguna forma” a aquella persona que no le
habla y que no ve desde hace años. Más tarde, cuando el proceso terapéutico estaba
casi terminando, recuerda un extraño sueño que ha tenido:
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En el caso de Alfredo, su experiencia de revalorización Personal, se construyó
implícitamente a lo largo de varias sesiones, pero una vez gatillada, la reconoció
inmediatamente como un evento transformador, como un sentimiento que le devolvía
su valía como ser humano y que además tenía la característica de ser “intocable” (Está
en un lugar dentro de mi donde nadie puede dañarlo”).
Esto lo planteo no sólo como una mera observación, sino también como algo
que he vivido directamente. Cuando tuve la suerte de tener una Experiencia de
Revalorización Personal hace años atrás en el contexto de una psicoterapia, tuve una
sensación física clara y nítida de estar en contacto con el fondo de mi ser. Se trata de
una sensación corporal única y sustancialmente distinta a la forma de conexión
habitual con la sensación sentida. Es una sensación mucho más enraizada, mucho más
profunda.
Gendlin (1986), también se refiere a este fenómeno cuando escribe acerca del
trabajo psicoterapéutico exitoso con sueños que se relacionan con “tocar tierra” o
“tocar suelo”, símbolo onírico que vincula con profundas transformaciones emocionales
que ocurren como consecuencia del proceso de terapia; distinguiendo que se trata de
una experiencia distinta de las sensaciones sentidas que se experimentan
habitualmente.
“…A veces el suelo se siente como ‘por aquí debajo’, algo más profundo
que un sentimiento.
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Con esta expresión quiero hacer la distinción que no me estoy refiriendo al cuerpo físico que se
ha definido tradicionalmente en las ciencias biológicas, sino que al “cuerpo situacional” que ha
definido Gendlin a lo largo de toda su obra, cuya función principal es ser el eje central de la
experiencia y de la creación de significado.
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El subrayado fue agregado para enfatizar la idea.
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vendrá poco a poco por su propia cuenta, después de un tiempo. Es
entonces cuando se puede sentir.” (Gendlin, 1986).
RELACIÓN Y FOCUSING.
1. Tener fe.
2. Comentar que la posibilidad existe.
3. Hablar directamente del asunto.
4. Sentir que lo esencial está realmente pasando.
5. Responder ante los movimientos hacia la vida.
6. Suponer alguna buena razón.
7. Invitar a algo nuevo.
8. Traer algo que el cliente dijo previamente.
9. Integrar los sueños.
10. Rescatar manifestaciones sutiles de energía corporal.
11. La suposición del “alma emergente”.
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Algunas de ellas corresponden a formas terapéuticas que se utilizan en la
interacción interpersonal básica y otras en la interacción que se da practicando
Focusing. Obviamente, estos procedimientos no deben ser los únicos que pueden
contribuir a la Revalorización Personal, pero entregan una luz clara acerca de la actitud
que se debe tener para facilitar la emergencia de lo positivo.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS.
1. Tener fe: Esta primera sugerencia se trata (al igual que muchas otras formas
terapéuticas) más de una forma de “ser” que de “hacer”. Obviamente, la fe no es
operacionalizable en técnicas concretas, sino que se trata de una experiencia que se
vive internamente.
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Alejandro Celis (1995), uno de los principales representantes de la psicología transpersonal en
Chile, reflexiona también acerca de la interacción como un fenómeno mucho más complejo que
el que se presenta en pensamientos o palabras: “Aún no nos hemos dado cuenta cabal de que
nuestras actitudes afectan, no sólo nuestra percepción, sino que de hecho afectan al fenómeno
externo. La existencia de la telekinesia ilustra este punto, así como algunos experimentos
realizados con plantas (observando el efecto que tienen sobre ellas los pensamientos "negativos"
o "positivos" de quien las cuida)”.
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Gendlin (1992) describe 16 funciones de la experiencia concretamente sentida en su nivel pre-
conceptual y pre-lógico.
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devenir positivo, él lo sabrá directamente aunque no lo sepa en pensamientos o
palabras. En este sentido podríamos decir que él lo “sentirá”.
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T: Entonces sientes que a pesar que recibes mucho cariño, ahí dentro de ti hay algo
que necesita llenarse. Quizás puedas sentir ese lugar un poco más.
C: No necesita mucho de los otros, necesita algo de mi.
T: Te das cuenta que eso necesita algo de ti.
C: (Tras un largo silencio) Que extraño... siento como si eso estuviera en mis manos.
T: Sientes que todo esto que te pasa depende de ti, que está en tus manos.
C: Si, es una sensación agradable... y se hace más grande...
T: Se trata de algo agradable que se hace más grande. Seguro quieres sentir más
acerca de eso.
C: (Con mucha calma) Soy yo que estoy viva... Había olvidado como se sentía...
T: Es un sentimiento de estar viva que se está haciendo más grande y que habías
olvidado como se sentía.
C: ¡Eso era lo que me faltaba!
4. Sentir que lo esencial está realmente pasando: Otra valiosa sugerencia que
puede contribuir a la emergencia de una Experiencia de Revalorización Personal es
“permitir” que aquello que falta o que contiene vida “este ahí”. Esto quiere decir que,
cuando una persona nos habla acerca de sus carencias o necesidades, nosotros
podemos plantearle que “invite” o “traiga” a su cuerpo la sensación contraria a la
carencia, que traiga lo positivo, o sea, invitarla a sentir que “lo esencial está realmente
pasando” (Gendlin, 1996). Por ejemplo, cuando una persona nos plantea: “Me gustaría
ser sensual, pero nunca lo he sido”, podemos sugerirle que se permita sentir en su
cuerpo cómo sería esa sensación de ser una persona sensual, lo que puede contribuir a
la emergencia de tal experiencia.
A muchas personas le podrá resultar difícil comprender cómo es que el cuerpo lleva
implícita experiencias que aún no ha vivido, pero en la cotidianidad podemos hallar un
montón de ejemplos de esto. Cuando un músico necesita componer una canción, tiene
el conocimiento implícito de lo que el tema debería llegar a ser, aún cuando no lo haya
empezado. Una vez terminado el tema, podríamos decir que tal experiencia se
completó a si misma. Cuando me decidí a escribir este ensayo no tenía idea que iba a
decir, porque no tenía bien desarrolladas las ideas, sin embargo, tenía implícita la
sensación de cómo se sentiría comunicar y explicar esto que llamo Revalorización
Personal (sensación que tengo justo en este minuto).
Ahora bien, para sugerir a las personas sentir que lo “esencial está realmente
pasando”, debemos tener algunas precauciones: No planteárselo al cliente de forma
precipitada, no insistir en el asunto si al cliente le parece extraño y mucho menos
tratar de explicárselo. El clima en que se haga esta sugerencia debe ser de mucha
confianza, para que el cliente se atreva a realizar esto que, al principio, le puede
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parecer artificial o poco útil. La idea es que este movimiento terapéutico surja de la
manera más natural y espontánea posible, por ejemplo, cuando la persona relata que
ha vivido aquello que tanto necesita en su vida pero sólo de manera vaga o fugaz.
5. Responder ante los movimientos hacia la vida: Los movimientos hacia la vida
son cualquier clase de experiencia que resulte para el cliente como algo positivo,
esperanzador, revitalizante o saludable (Gendlin, 1996). Este tipo de movimientos
suelen aparecer a lo largo de toda la terapia y a veces de manera muy sutil (incluso sin
que el mismo cliente lo perciba), por eso es importante saber reconocerlos y
acompañarlos de tal manera que se develen en toda su dimensión.
Ejemplos de movimientos hacia la vida son: Cuando una persona se atreve por
primera vez a decirnos que no lo estamos acompañando a su propio ritmo, cuando ha
hecho algo que antes nunca hubiera realizado, cuando llega vestida de un modo más
alegre que lo habitual, cuando nos comenta que se siente más independiente o con
más fortaleza que antes, o incluso, cuando dentro una expresión pesimista la persona
nombra vagamente algo que quiere ir adelante:
Ya que los movimientos hacia la vida pueden ser muy sutiles, no sólo tenemos
que estar atentos a reconocerlos, sino que también anticiparlos. En una ocasión, una
joven me comentaba que sentía que todas sus dificultades no tenían ningún tipo de
solución y al hacer Focusing se veía encerrada en una habitación oscura, sin puertas ni
ventanas y que tenía un vacío negro al centro (su situación “aparentemente” no tenía
salida). Después de acompañar durante algún momento esta imagen, le sugerí que se
acercara al vacío para ver si esa era la salida, pero ella tenía miedo de hacerlo. En
algún momento ella sintió que estaba entrando al vacío pero no se atrevía a ir más
allá, entonces le sugerí notar si ahí adentro había algo bueno o positivo que la hiciera
sentir más tranquila, ella dijo: “¡Hay muchas estrellas!”. Luego le consulté: “¿Puedes
caminar en ese vacío guiándote por las estrellas?”, y allí la situación cambió
sustancialmente; el vacío terminó siendo una especie de túnel hacia otro escenario, un
lugar amplio y tranquilo, un paisaje nocturno en cuyo horizonte se vislumbraba “la luz
de un nuevo amanecer”. Recuerdo que esa interacción de Focusing fue tan larga que
no alcanzamos a entrelazar lo sucedido con su vida cotidiana, pero a la siguiente
sesión me dijo de inmediato: “No se que pasó, pero ahora veo todos mis problemas de
otra forma, con más tranquilidad”. Como pudieron advertir, en este caso el movimiento
hacia la vida (suponer que el vacío era la salida) fue anticipado y propuesto por el
terapeuta, incluso mucho antes que el cliente experimentara una sensación positiva.
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ejemplo, en una ocasión acompañé a una persona que sentía una gran presión en el
pecho, la cual describía como una muralla que estaba deteniendo algo que venía desde
más adentro. Mi suposición durante mucho rato fue que esa muralla estaba impidiendo
la expresión de ciertas emociones, que no las dejaba salir, pero después de unos
momentos la persona dijo: “Es una muralla sabia”, porque la razón que tenía para
estar allí no era impedir que “salieran” ciertos sentimientos, sino que servir de barrera
de contención para que se atendiera justamente lo que había más al fondo. ¿Qué era
eso que venía desde lo profundo? ¡Una experiencia de Revalorización Personal! Lo que
la persona tenía que atender era un “Aire renovador que emanaba de una fuente
inagotable que estaba en el fondo de su ser” (la ubicación espacial del tesoro interno).
Lo que la “muralla” estaba haciendo de cierta forma, era decir: “Mira esto, te hará
bien”.
En el caso que acabo de citar, no fui yo quien propuso que “eso” podría tener
una buena razón para ser así, sino que fue la propia persona quien se dio cuenta de
ello. Pero en situaciones en que la sensación sentida es molesta y parece no haber
mucho movimiento, podemos sugerirle al cliente que suponga sólo por un momento
que “eso” puede tener alguna buena intención para él.
En otra ocasión, una persona me hablaba de una “piedra negra” (eran sus
experiencias dolorosas). Durante el desarrollo del Focusing, la persona describía que la
piedra se erosionaba con sus lágrimas, pero en algún momento la imagen parecía no
desarrollarse, entonces hice una sugerencia similar a la del caso de arriba y la persona
empezó a percibir un brillo en la piedra, luego se dio cuenta que al centro de ésta
había un diamante ¡Como si en el fondo de su ser hubiese concretamente algo de
muchísimo valor!
8. Traer algo que el cliente dijo previamente: Algunas veces, durante el proceso
terapéutico, las personas tienen experiencias que son corporalmente claras pero que
no logran comprender cognitivamente. Se trata de experiencias que están intentando
completarse, pero que quedan a mitad de camino. Generalmente, cuando esto ocurre,
las personas reciben las escasas palabras que logran precisar desde esa vivencia, con
mucha sorpresa o curiosidad, lo cual, en algunos casos, se manifiesta más
concretamente con algo de risa, como diciendo: “¿Y esto que tiene que ver?”, o bien,
“No se porque digo esto, pero siento que es importante”.
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Sería natural que estas experiencias se completaran en algún momento de la
terapia a través de la atención del cliente en su propio proceso, sin embargo, a veces
es necesario que el terapeuta las traiga y ponga sobre la mesa como una pieza que
puede contribuir a terminar el rompecabezas.
En el Caso No 3 que se citó más arriba, la persona tuvo una experiencia de este
tipo en la mitad del proceso terapéutico, sentía la extraña necesidad de “ganarle” a
una persona que le había dejado de hablar hace años, pero no tenía idea qué
significaba eso, o de qué forma se iba a concretar. Más tarde, a través del trabajo con
un sueño, descubre que posee una valorable capacidad de perdonar que la persona
que le dejó de hablar hace años, no tiene. Entonces, el terapeuta “trae” lo que el
cliente había dicho previamente a través de una pregunta que permite la completación
de la experiencia:
Obviamente, esto se puede hacer de modo mucho más directo que con una
pregunta que no explicita lo que el cliente había dicho previamente, y que sólo lo
“trae” de forma implícita. Cuando sentimos que algo que había dicho el cliente
previamente, y que parecía haber quedado inconcluso, nos puede servir para crear un
nuevo paso, simplemente lo nombramos de la manera más sencilla, conveniente y
comprensible posible, de modo que el cliente lo experimente como un “símbolo
certero” que le permita llevar su experiencia adelante.
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10. Rescatar manifestaciones sutiles de energía corporal: Muchas veces durante
la terapia, las personas experimentan sensaciones corporales positivas, las cuales se
manifiestan con claridad o de forma tenue y que se observan de diversas formas, por
ejemplo: un pequeño espasmo, un súbito brillo en la mirada, un suspiro de alivio, una
sonrisa que se dibuja tímidamente, que la persona levante la cabeza después de haber
tenido la mirada clavada en el piso, que aclare y afirme su voz, que tome una postura
más erguida, etc.
T: He notado que a pesar que me hablas de cosas que te preocupan has empezado a
sonreír, como estando más presente.
C: Si, tienes razón, algo me pasó, me sentí distinto.
T: Quizás puedas tomarte un momento para sentir más detenidamente que es eso que
te hace sentir distinto.
C: Tengo la sensación de estar encontrando cosas que había olvidado que tenía, son
sentimientos que no tenía hace mucho tiempo... como tranquilidad o paz.
11. La suposición del “alma emergente”: Cuando Gendlin trabajó con personas con
severo daño emocional a mediados de los 60s, tuvo la oportunidad de interactuar con
algunas que no le miraban, no le hablaban y que incluso no se movían (en estado
catatónico). Para proceder de modo terapéutico con ellas, él suponía que allí adentro
siempre había “una persona sensible”, por lo cual no dejaba de hablar de lo que creía
que estas personas pudieran estar sintiendo o necesitando: “Pienso en ello como si
estuviera intentando lanzar algo a alguien a través de una pared. Lo lanzo sobre la
pared sin esperar nada durante algún tiempo” (Gendlin, 1967). Gendlin notó que al
avanzar el proceso, utilizando esta clase de interacción, las “personas sensibles” que
estaban “allí adentro”, lograban salir de su silencio y le expresaban de una u otra
forma que ellas siempre estuvieron recibiendo lo que él hacia.
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Del mismo modo, cuando interactúo con cualquier persona supongo que ahí
adentro hay “una persona mucho más sensible” o un “alma emergente” que puede
traer consigo muchas experiencias valiosas. Por eso, cuando el cliente da claras
señales de estar vivenciado un evento psicoterapéutico significativo y yo siento
claramente en mi que algo aún más positivo está en camino para ambos (o sea,
cuando cliente y terapeuta experimentan cambio sentido de forma simultánea), me
refiero a lo que creo que esa persona pudiera estar gestando en el fondo de su ser:
“Me da la impresión que algo muy bueno está por venir”, “Siento que estás a las
puertas de algo renovador”, etc.; y lo hago con mucha alegría, casi como sonriéndole a
“eso” que está por emerger. Si la persona me pregunta acerca de ello, se lo explico del
modo más sencillo posible, siempre poniendo mi sensación a su disposición: “Al igual
que tu estoy sintiendo algo muy bueno, por eso creo que estás alcanzando algo
maravilloso... ¿Cómo sientes tu esto que está pasando?..”
Una precaución respecto de esta intervención tiene que ver con la autenticidad
y lo que podríamos llamar “nivel experiencial” o “desarrollo personal”, lo cual explicaré
retomando el ejemplo de Gendlin con personas con severo daño emocional. Para que la
intervención con una persona “detenida experiencialmente” tenga efecto, tiene que ser
hecha por otra que tenga un mayor nivel de “fluidez experiencial”, y cada cosa que
esta persona diga debe ser dicha desde una autenticidad, o sea, no se puede adoptar
una actitud de comprensión, empatía, paciencia y esperanza en el proceso de la
persona, si realmente no se la tiene. Por otra parte, seria muy difícil (o tal vez
imposible) que una persona detenida experiencialmente pueda contribuir a descongelar
la experiencia de otra en iguales condiciones.
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la columna vertebral”, si allí no está ocurriendo un cambio sentido experimentado
simultáneamente por el cliente y el terapeuta, no tiene sentido alguno hacer esta
intervención.
REFLEXIONES FINALES.
No dudo, como señalé anteriormente, que debe haber muchas otras formas de
favorecer experiencias positivas en las personas. Lo importante, en todo caso, es
interiorizar y aprehender que los procedimientos específicos no resultan de ninguna
utilidad si no practicamos primero una actitud de profundo interés, respeto y confianza
en las relaciones humanas.
BIBLIOGRAFÍA.
Gendlin, Eugene (1962). “Experiencing and the Creation of Meaning”. New York:
Free Press of Gleacce.
Gendlin, Eugene (1980). “La Imaginación es más Poderosa con Focusing: Teoría
y Práctica”. En Alemany, C., (1997) “Psicoterapia Experiencial y Focusing: La
aportación de Eugene Gendlin”. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao.
Gendlin, Eugene (1981). “El Proceso Global es más Natural que las Partes
Separadas”. En Alemany, C., (1997) “Psicoterapia Experiencial y Focusing: La
aportación de Eugene Gendlin”. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao.
Gendlin, Eugene (1986). “Let Your Body Interpret Your Dream”. Traducido al
español. Gendlin. (2001) “Deja que tu Cuerpo Interprete tus Sueños”. Col
Serendipity Maior. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao.
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Gendlin, Eugene (1993). “Las Palabras Pueden Decir Cómo Funcionan”. En
Alemany, C., (1997) “Psicoterapia Experiencial y Focusing: La aportación de Eugene
Gendlin”. Ed. Desclée De Brouwer. Bilbao.
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