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La unión entre la madre y el

hijo no es sólo física. Es


mental, emocional,
espiritual. Todo lo que ve,
oye o siente, lo está
compartiendo con su bebé
de forma directa.
La mayoría de las embarazadas desconocen la influencia de sus
estados internos sobre el bebé que llevan en su vientre y no se dan
cuenta que con cada pensamiento y sentimiento que tienen durante
los nueve meses del embarazo, marcan tendencias que influyen en
él para toda su vida. Así como se va formando la parte física de su
cuerpo, así también se va formando su cuerpo emocional y mental.
Cuando el niño nace ya tiene
definido su temperamento. La
verdadera educación del niño
empieza antes del nacimiento y
comienza por la educación de los
padres que deben prepararse
interiormente para una mejor
comprensión del amor de manera
que puedan atraer un alma
excepcional a su familia. Una vez
que se ha llevado a cabo la
concepción, la madre, consciente de
su función, aporta a su bebé lo mejor
de sus pensamientos y sentimientos.
Si estás embarazada puedes hacerte un programa de
acción diaria para ofrecerle a tu bebé los mejores
elementos para la formación de su temperamento. Al
despertar, da gracias por tu estado y pídele al cielo los
mejores materiales para su formación. Al bañarte bendice
el agua para que no sólo limpie tu cuerpo sino que
purifique también tus emociones. Al comer, bendice los
alimentos para que nutran también a tu bebé y al
acostarte conságrate una vez más a esta sublime
función. Estás en estado de gracia, la vida te convirtió en
una sacerdotisa, puedes divinizar todas tus actividades y
rodearte de las mejores vibraciones que la naturaleza
ahora te ofrece en abundancia. Un ambiente de ruido, de
humo, de alcohol, no es propicio.
Tampoco lo es un ambiente de discusión, de violencia porque
marcan negativamente el temperamento del hijo por nacer. La unión
entre la madre y el hijo no es sólo física, es mental, emocional,
espiritual. Todo lo que ves, oyes, sientes, lo estás compartiendo con
tu bebé de una forma muy directa. Lo recomendable es rodearte de
belleza, acercarte a la naturaleza, escuchar buena música, inspirarte
en todo lo bello, lo bueno y lo verdadero. Son apenas nueve meses
que condicionarán la vida de tu hijo para siempre.
El bebé te oye y a partir de las 28 semanas le
puedes instruir. Puedes leerle los libros que
contengan la enseñanza que quieres para él,
hacerlo escuchar música selecta, acariciarlo
con tu palabra. Es bueno que escuche la voz
del papá, así cuando nace lo podrá reconocer.

Si la posición que ha tomado no es la


adecuada para nacer, háblale y pídele que se
acomode para que su nacimiento sea natural y
feliz. Nacer es un cambio, una crisis, asegúrale
que mamá y papá lo esperan con un inmenso
amor.
http://www.tudiscovery.com/homeandhealth/belleza/embar
azo/una-educacion-que-empieza-antes-del-nacimiento/

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