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• EL SOÑADOR
El fausto de Goethe se constituye
como sujeto propiamente
moderno a partir de ciertas
contradicciones que aquejan el
pensamiento del hombre de este
tiempo. El fausto da cuenta de
una realidad tensionada, en
permanente conflicto y
fundamentalmente dialéctica
entre sus deseos y su devenir
como experiencia humana.
• Esta obra maestra del romanticismo es la
historia de un doctor alemán -Fausto- que,
atormentado por no encontrar ningún
significado y valor a su sabiduría, y
apesadumbrado por la tristeza y monotonía
de su existencia, apuesta su alma al Diablo,
representado por el demonio Mefistófeles, a
cambio de que éste sea capaz de otorgarle
siquiera un instante de satisfacción y felicidad.
• Los poderes de su mente, al volverse
hacia el interior, se han vuelto contra él,
convirtiéndose en su prisión. Lucha para
encontrar la manera de que la
abundancia de su vida interior se
desborde, se exprese en el mundo
exterior a través de la acción.
• Fausto ayuda a crear y participa de una
cultura que ha explorado la riqueza y la
profundidad de los deseos y sueños humanos
mucho más allá de las fronteras clásicas y
medievales. Al mismo tiempo forma parte de
una sociedad estancada y cerrada que está
todavía enquistada en una formas sociales
medievales y feudales.
• Como portador de
una cultura dinámica
en el seno de una
sociedad estancada,
está desgarrado entre
la vida interior y la
exterior.
• En el siglo XX, esta
angustia interior de
Fausto ha inspirado
visiones, acciones y
creaciones
revolucionarias.
Apesadumbrado con el hecho de no encontrar salida a sus
deseos intenta suicidarse, pero es salvado por las
campanadas de la iglesia que anunciaba la Pascua de
Resurrección.
• En ese momento Fausto
encuentra sentido
trascendental a su vida. Sale a
la calle y se relaciona con la
gente de su pueblo, el obrero
que sufre y, al mismo tiempo
recuerda sus escrúpulos que
lo llevaron a encerrarse.
Vuelve a su laboratorio y
hojea la Biblia, tratando de re
significar las Palabras de
Dios.
• En ese momento Fausto decide que el
comienzo “Al principio era el Verbo” debía
cambiarse por “Al Principio era el Hecho”,
definiendo la idea de un Dios que se define
mediante la acción, se declara dispuesto a
consagrar de nuevo su vida a acciones
creativas en el mundo.
•Es en este punto cuando aparece el diablo. Mefisto explica que su función
es personificar el lado oscuro no sólo de la creatividad, sino de la propia
divinidad.
•Convence a Fausto que Dios crea la luz destruyendo el reino de la oscuridad.
“¡Soy el espíritu
que todo lo niega!
Y con razón, pues
todo lo que llega a
ser, merece morir
miserablemente…”
En esta parte, Mefisto explica que del mismo modo que
la voluntad y la acción creativas de Dios son
cósmicamente destructivas, resulta ser creativo el afán
demoníaco de destrucción.