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PÉRDIDA DE LA MORAL

El hombre de hoy contempla en su conciencia un gran vacío de moral, por lo que no


es posible separar la crisis social de la crisis morales.

Los cambios sociales acaecidos en el último cuarto de siglo son tan radicales que se
puede hablar de una metamorfosis social y cultural, debido a que cualquier reajuste
social y mucho más un cambio social, implica siempre un reflejo en el sistema de
valores.
LOS FACTORES DE ESTA SITUACIÓN HAN SIDO Y
SIGUEN SIENDO EXPLICADAS DE DISTINTOS MODOS.
EGOLOGÍA: La interpretación egológica (a nivel sociopolítico suele designársele
como individualismo), presentó al hombre como un yo absolutizado (o desvanecido)
en una radical soledad. Un "ser para sí mismo".
Como apertura humana la salida de la apropiación del mundo material (un mundo
en el que, por lo demás, el otro quedaba incluso) a través del conocimiento científico,
la técnica y la posesión de bienes. Un yo absolutamente empobrecido, buscando
suplir con el pensamiento científico, el dominio de la técnica y la acumulación del
capital toda esa riqueza de amor personal.
La posmodernidad destruye muchos de estos valores, detiene la idea de progreso y
se encuentra de frente con el fracaso, que conduce al escepticismo. El "superhombre"
que quería ser, ahora se siente incapaz de acabar con el hambre, la miseria o la
guerra. Está condenado a repetir sus atrocidades históricas, una tras otra. La
sensación es de ser víctima de sí mismo, ya no triunfa, sino que sobrevive aislado de
otros hombres. Es más pesimista, la humanidad ya no lo puede todo. Se refugia en la
apariencia y la estética, y desprecia lo moral.
"modelo económico capitalista" es el modelo cultural, económico y social, que
incorpora una serie de valores y de pautas de comportamiento cuyo principal valor
moral es la sociedad de consumo. La moral del capitalismo sustituye a toda una serie
de valores anteriores clásicos, propios de la Ilustración o del cristianismo. La clave
será la libertad de elegir, ese es el fundamento de toda moral hoy, si hay libertad,
parece que no hay problemas. Sin embargo parece que la libertad del hombre de
hoy es menor que hace décadas. La libertad entendida como autocontrol, no como
opción variada de formas distintas de bienestar. La sociedad de consumo actual
condiciona esa libertad con sus dictados de consumo, productos y marcas.
La ética de la posmodernidad capitalista invita a la apariencia y al disimulo, es
importante el aspecto externo más que el interior del hombre. La estética inunda y
barre los valores morales tradicionales. Lo bello tiene presencia, lo bueno tiene que
ser forzosamente hermoso, sino tal vez deje de ser bueno. Esto distorsiona la verdad
moral de muchas cuestiones, asuntos que son complejos tienen una solución estética
más que moral.

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