Ser maravilloso y respetable que en el servicio a la educación vivificas al mismo
Dios y que con láureo ejemplo trasmites tus pensamientos. Gracias por tu cordial y diáfana vida de enseñanza y por eternamente brindar tanta esperanza. Simplemente gracias por ser mujer compañera y amiga. Por brindar con tu presencia aquel apoyo incondicional con gran paciencia convirtiéndote en destello que guía, anima y alienta con amor a trabajar día a día con gran valor. ¡Porque los buenos docentes somos más…¡