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Síntomas de la ascitis
• La ascitis frecuentemente va precedido de aumento de peso por
retención de líquido. Habitualmente se asocia a edema
(hinchazón) de las piernas. La acumulación de líquido en el
abdomen puede llegar a ser muy marcada, causando saciedad
precoz, pesadez o dolor.
Causas de la Ascitis:
• Causas Generales: Enfermedades Cardiacas: pericarditis
endocarditis. Enfermedades Renales: nefritis, nefrosis, síndrome
nefrotico. Enfermedades Pancreáticas : pancreatitis aguda.
Cáncer del peritoneo. Peritonitis bacteriana, tuberculosis
peritoneal. Patología ovárica.
• Causas Hepáticas: Cirrosis hepática alcohólica. Hepatitis Crónica
A, B, C. Trombosis de las venas hepáticas , síndrome esplénico
del vaso.
Fisiopatología:
• El primer paso consiste en el desarrollo del síndrome de
hipertensión portal, una vez que este estado empeora, los
mecanismos homeostáticos fisiológicos se activan y se inicia
o agrava la retención renal de sodio a través de los
receptores de presión y volumen corporales, y mediante
distintos sistemas, como el de la hormona antidiurética, el
sistema nervioso simpático y el sistema renina – angiotensina
– aldosterona.
• Dada la vasodilatación periférica y el llenado arterial
insuficiente (más aumento del continente que del contenido)
el mecanismo se perpetua y agrava, conduciendo a la
formación de la ascitis, dado el desequilibrio de las fuerzas de
Starling en el abdomen y la producción de liquido linfático
hepático superior a la capacidad de reabsorbción. Con el
paso del tiempo, y bajo la acción de los mismos factores se
producirá deterioro de la función renal pudiendo finalizar en el
estadio terminal o síndrome hepatorrenal.
Diagnóstico de la ascitis:
• El diagnóstico se sustenta en una adecuada historia clínica,
seguida de una precisa exploración física encaminada a
detectar, primero la presencia de ascitis y en segundo lugar
cuál o cuáles son los procesos etiológicos.
• Los motivos de consulta pueden ser molestias
postprandiales, sensación de hinchazón y pesadez,
aumento del perímetro abdominal, ganancia de peso,
incapacidad para vestirse con las mismas tallas de ropa que
previamente usaba y, en ocasiones, edemas periféricos.
• En la exploración física se deben buscar los signos típicos
de esta entidad, como son la matidez en los flancos,
matidez cambiante con el paso alternativo de la posición
supina a la de decúbito lateral, oleada ascítica y el aspecto
clásico del abdomen en batracio.
Ecografía:
• Prueba que nos permitirá descubrir menores cantidades de líquido es la ecografía,
que detecta hasta 100 cc de fluido ascítico; esta valiosa exploración nos aportará
además datos sobre la morfología hepática y su vascularización (calibre y
permeabilidad), la presencia de adenopatías, de lesiones ocupantes de espacio
(hepatocarcinoma), de trombosis portal y del resto de los órganos intraabdominales.
• Diagnóstico diferencial con la presencia de ascitis, y en los que la ecografía se
muestra básica para su diagnóstico.
• La confirmación final está basada en la realización de una ecografía y paracentesis
diagnóstica para la obtención de una muestra de líquido ascítico y su análisis; éste,
junto con los datos clínicos y físicos permiten dilucidar la causa de la ascitis.
• La paracentesis diagnóstica se realizará a todo paciente que desarrolle ascitis.
• La paracentesis se efectúa, la mayoría de las veces, con el paciente tumbado en
decúbito supino, y el sitio de punción suele corresponder en la región de la fosa
ilíaca izquierda a un punto situado en la línea imaginaria que une el ombligo con la
espina ilíaca antero superior a unos dos tercios del ombligo. No obstante, el punto a
escoger depende del volumen de líquido, del espesor de la pared abdominal y de las
características anatómicas o estructurales del paciente (cicatrices quirúrgicas
previas, hernias, hematomas, circulación colateral), existiendo sitios alternativos
(línea media, fosa ilíaca derecha). En ocasiones cabe recurrir a la ecografía para el
marcaje del punto cuando la cantidad de líquido es mínima, existe una obesidad
marcada o múltiples cicatrices quirúrgicas.
Entidades que pueden
confundirse con la presencia
de ascitis
• Obesidad con grueso panículo adiposo
• Embarazo
• Distensión gaseosa
• Quiste intraabdominal (ejemplo: masa
ovárica)
EL ANÁLISIS DEL LÍQUIDO
ASCÍTICO
Alteraciones:
1- TURBIO (opalescente) es el aspecto que toma el
LCR cuando posee aumento de su contenido en
células, a pre dominio de
POLIMORFONUCLEARES.
Varia desde levemente turbio a francamente
purulento dependiendo del germen en cuestión. Se
lo observa en presencia de meningitis bacteriana.
2- COLOR:
a) ROJO (hemorrágico) con todos sus matices de acuerdo a la
etiología e intensidad. Puede ser de origen:
- Traumático: cuando la punción rompió un vaso sanguíneo en
su paso al espacio subdural se la confirma de varias maneras
por ejemplo con el "signo de la escarapela": Se explora
utilizando una gasa seca sobre la que se deja caer 2 - 3 gotas,
observaremos que se forma un centro rojo homogéneo
rodeado de otra área mas clara o amarillenta y finalmente, la
mas periférica, simplemente mojada. La otra manera de
confirmarla es la "prueba de los tres tubos" que consiste en
juntar varias gotas en cada tubo sucesivamente, numerados, el
color rojo presente solo en el primero o aclarándose
progresivamente delata un accidente técnico.
Cuando haya duda sobre la procedencia de la sangre, se envía la
muestra a el laboratorio donde se realiza la centrifugacionación del
mismo a baja frecuencia (para no lisar las células), si el liquido
sobrenadante es incoloro el color rojo se debe a un accidente de la
punción (traumática).
– HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA (HSA) que no siempre da
un color rojo. Se la confirma por medio de la centrifugación que
mostrara un sobrenadante amarillento y en el sedimento se
hallaran glóbulos rojos crenados (glóbulos rojos con membrana
celular en deformación y lisis).
– HEMORRAGIA VENTRICULAR es dable observar cuando se
produce un accidente vasular encefálico hemorrágico en el que
se vuelca sangre en algún ventrículo o en todos.
– POST NEUROQUIRURGICO es debido a que en toda
neurocirugía se vuelca sangre en el espacio subaracnoideo o
en alguna cavidad ventricular.
b) XANTOCROMICO (amarillo) lo produce la
oxihemoglobina de la sangre derramada en el
espacio subaracnoideo y / o ventricular de
varias horas.
También se lo puede observar en casos de
ictericia y de aumento de proteínas en el LCR
independientemente de su etiología.
Signo de Froin: es un LCR xantocromico que en
contacto con el aire coagula (por aumento de la
concentración proteica) es frecuente observarlo
cuando se extrae LCR distal a un bloqueo
completo de la circulación del líquido a nivel
espinal.