eficiencia del motor. De manera que a mayor relación de compresión menos energía necesitará un vehículo para funcionar. Si este factor tiene cierta flexibilidad, el coche podrá utilizar el valor más alto cuando necesite más combustible y un valor más bajo cuando no tenga tanta necesidad de potencia. • Lo que han hecho los ingenieros de FEV es rediseñar la biela tradicional que une pistón y el cigüeñal. La pieza queda configurada para permitir modificar la alzada del pistón en el interior del cilindro, un movimiento necesario para que la biela transmita al cigüeñal una fuerza de rotación que será la que mueva las ruedas. Esto se logra mediante un circuito de aceite a presión que empuja la cabeza del pistón. • Variar la relación de compresión de una biela supone garantizar dos estados diferentes al anterior mecanismo: uno que optimiza la eficiencia y otro que permite desplegar toda la potencia del motor. El vehículo podrá escoger entre estos dos niveles dependiendo de su funcionamiento en cada momento. Con esta solución se puede ahorrar un 5,6% del combustible. Los ingenieros de FEV calculan que la reducción podría llegar hasta el 7%. Se trata de una avance para mejorar el motor de combustión interna sin modificar la estructura tradicional de este mecanismo. • Las trabas para el avance en este campo pertenecen a dos ámbitos. Uno es la parte técnica, que aún está por perfilar, y el otro es la vertiente económica. La investigación y el desarrollo de la relación de compresión variable conllevan altos costes, al igual que la producción de este tipo de motores. Marcas como Saab y Puegeot ya lo han intentado, pero sus prototipos no han llegado a buen puerto por esta última razón. El fabricante sueco presentó su diseño en el año 2000, pero tras la compra por General Motors se decidió paralizar el proyecto por el gasto necesario para llevarlo a cabo. En 2009, la firma francesa, por su parte, dio a conocer su propio desarrollo, que aún sigue evolucionando con el fin de ponerse a punto para el mercado.