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PROCURAR LA LLENURA
DEL ESPÍRITU SANTO
Cristianos Carnales (1 Corintios 3:1-3) Son Cristianos que tienen el Espíritu Santo en
su vida, pero no se dejan guiar por él, no crecen espiritualmente porque no se
alimentan de la palabra, no tienen vida de oración, no se congregan con constancia, y
si lo hacen lo hacen religiosamente, y su carnalidad se manifiesta en celos, en
contiendas y disensiones y otras obras de la carne (Gálatas 5:19-21)
El Cristiano Espiritual es decir lleno del Espíritu Santo (Gálatas 6:1) Son cristianos que
reconocen su debilidad humana y por eso se fortalecen en Dios con lectura Bíblica diaria, con
una vida de oración, con ayunos, congregándose para adorar a Dios y aprender de su palabra y
lo principal no satisfacer o no ceder a los deseos de la carne (Gálatas 5:16-17) sino permitiendo
que el Espíritu Santo de fruto y se pueda manifestar en su vida (Gálatas 5:22-25 / 1 Corintios
12:7-11)
1 PELIGRO
CRISTIANOS carnales
SENSUALISMO
MUSICA
FIESTAS
LIBERALISMO
2 PELIGRO Vivir un Cristianismo fingido
espíritu de cobardía,
sino de poder,
de amor
de dominio propio.
dominio propio es la capacidad que nos permite
controlar a nosotros mismos, nuestras emociones y no
que estas nos controlen a nosotros, sacándonos la
posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada
momento de nuestra vida
No apaguéis ese fuego
Este fuego simboliza la pasión que tenemos por las cosas del Señor, es un interés en saber quién es Él de
manera más profunda y qué es aquello que le agrada. Este fuego es el Señor invadiendo nuestras mentes con
Su sabiduría la cual se plasma en todo lo que decimos y hacemos (Luc.6:45). Este fuego son pensamientos
constantes en base a la Palabra de Dios que nos gobiernan, no es un simple estado anímico emocional, es un
estado espiritual. Otra forma en la cual la Palabra se refiere a esto es “Andar en el Espíritu” (Gal.5:16), o
también ser “llenos del Espíritu Santo” (Ef.5:18). Este fuego se alimenta con cada oración en humillación total
al Señor, se alimenta al entregarnos totalmente en sus manos, se aviva con el conocimiento acerca de Él a
través de su Palabra, al momento de predicar, con la unidad entre los hermanos y con el constante “volver al
evangelio”. Pero así como este fuego se alimenta con estos leños, así también se apaga con lo opuesto: “el
pecado”. Como la llama de una vela a la que le falta oxigeno, con la proliferación del mal que aún está en
nosotros, nos apagamos.
3er peligro Vivir un
cristianismo
sin compromiso
1 Tesalonicenses 5: 19 No apaguéis al Espíritu.