DEFINICIÓN DE SANTIDAD En el Antiguo Testamento el hebreo Kadosch (santo) significaba estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio de Dios En el Nuevo Testamento el griego jagiosúne (santo) significaba algo sagrado, aquello que es divino, sobrenatural, perteneciente y relativo a Dios
Santidad, por lo tanto, significa estar
separado de lo malo para consagrarnos a Dios. Implica pureza y limpieza ¿QUIÉNES SON SANTOS? Dios es el único santo. Todas las demás criaturas reciben de él su santidad Las criaturas celestiales, que no han caído en pecado, son santos Jesucristo, el Dios hecho hombre, es santo, él nos revela de una manera palpable la santidad de Dios ¿LOS CRISTIANOS SOMOS SANTOS? La palabra cristiano aparece en sólo tres versículos en la Biblia. (Hechos 11:26; Hechos 26:28;1 Pedro 4:16). En contraste, el término santo (o los santos) aparece en treinta y seis versículos del Antiguo Testamento y en sesenta y dos versículos del Nuevo Testamento refiriéndose a los creyentes. Los seres humanos pecadores que han sido santificados por Jesucristo, también son llamados santos, en el sentido de estar en un proceso de santificación que se completará en la vida eterna.
“…a la iglesia de Dios que está en
Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos” (1Corintios 1:2) ¿CÓMO SIENDO PECADORES PODEMOS SER SANTOS?
Un feto es considerado ser humano, a pesar que todavía
no se ha terminado de formar del todo como ser humano, porque es seguro que eso sucederá Igualmente, un cristiano es considerado santo, a pesar que aun no actúa como santo, porque en la eternidad es seguro que eso sucederá ¿A QUÉ NOS COMPROMETE SER CONSIDERADOS SANTOS? La Biblia llama santos a los creyentes con el propósito de impulsarnos y comprometernos a llevar una vida verdaderamente santa En el oriente un nombre o un título comprometía a las personas a vivir de acuerdo a ese nombre SANTIFICADOS PARA SER SANTOS DE VERDAD Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. (1Pedro 1:16) Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. (1Tesalonicences 4:7) Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor (1Tesalonicences 5:23) ¿Y QUE DE LOS SANTOS OFICIALES? En la época pos apostólica, aparecen un tiempo de gran persecución. Mueren muchos creyentes mártires, mostrando gran valentía y amor a Cristo. Pronto los creyentes comienzan a honrar la memoria de estos héroes de la fe y va surgiendo poco a poco el concepto de declararlos santos, en el sentido de reconocerlos como creyentes sobresalientes, que llegaron a manifestar un alto grado de espiritualidad. Se convierten en ejemplo e inspiración para la iglesia. Poco a poco se deja de aplicar el término santo a todos los creyentes y se reserva este título solo a estos creyentes excepcionales COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS EN ESTE TEMA Algunos llaman santos solo a los creyentes excepcionales declarados Santos oficiales y a los demás solo creyentes o cristianos. Apegándose, en este punto a la tradición Otros llaman santos a todos los creyentes y cristianos. Apegándose más al concepto del Nuevo Testamento Pero todos coinciden en que los creyentes estamos llamados a desarrollar progresivamente una vida de santidad.Y este es el punto más importante en la Escritura LA SANTIFICACIÓN DEL CRISTIANO ES UN PROCESO Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2Co 7:19) La santidad es un perfeccionamiento, se da por etapas, en un proceso Implica una participación activa de nosotros, pues somos nosotros quienes buscamos limpiarnos Implica una participación activa y vital de Dios, quien es el que nos purifica por medio de Cristo Implica una actitud interior en nosotros, que la Biblia llama temor de Dios, el cual podemos entenderlo como respeto y reverencia al Señor IMPORTANCIA DE LA SANTIDAD Hebreos 12:14-17
«Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados. No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aún después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas» Sin santidad no podemos ver a Dios (v.14).