que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana. • Errores en las técnicas de higiene, falta de cepillado dental, o no saber usar bien los movimientos del lavado bucal, ausencia de hilo dental, así como también, y en mucho menor medida, con una etiología genética
• destrucción del esmalte ataca a
la dentina y alcanza la pulpa dentaria produciendo su inflamación, pulpitis, y posterior necrosis (muerte pulpar) • Las bacterias fabrican ese ácido a partir de los restos de alimentos de la dieta que se les quedan expuestos. • La destrucción química dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos • Molestia o dolor • Pérdida o rotura del diente. • Sensibilidad dental • Mal aliento o mal sabor de boca. • Cambio del color del diente • Sangrado al cepillarnos los dientes • Aparición de agujeros en los dientes • Absceso dental e infección En los adultos, los dentistas pueden aplicar selladores en molares que tienen los primeros signos de caries en los dientes, siempre y cuando la descomposición no ha destruido el esmalte. Una vez que el esmalte se ha comprometido de forma irreversible, su dentista tendrá que obturar el diente. En casos más graves, un tratamiento de conductos (endodoncia) puede ser necesario. En niños, los dos molares de bebé y molares permanentes pueden ser sellados. Los dentistas también pueden aplicar barniz de flúor en ambos dientes primarios y permanentes para protegerlos contra las caries.