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Fenómenos y objetos transicionales

Es habitual ver que los bebés se llevan a la boca el pulgar o el puño con el objeto de
estimular la zona oral. Meses más tarde el mismo niño puede haberse aficionado a
determinado juguete u objeto: un osito de trapo, una manta, un ovillo de lana.

Winnicott postuló que entre ambos fenómenos hay una relación.

Los fenómenos a los que nos referimos constituyen la primera posesión no-yo del
niño, son una especie de puente tendido entre su mundo interno y externo.

Por su carácter de intermediación los llamó fenómenos y objetos transicionales.


El concepto de objeto o fenómeno transicional recibe tres usos
diferentes, uno de tipo evolutivo, otro vinculado con las ansiedades de
separación y las defensas contra ellas, y define un espacio dentro de la
mente del individuo.

Parece tener un importante papel en el proceso de maduración del niño.


¿Cómo se construye el objeto transicional?
Citando al autor: “La madre coloca el pecho real justo allí donde el
pequeño se halla dispuesto a crear, y lo hace en el momento
apropiado”.

Esto produce en el niño una ilusión de omnipotencia, el pecho


vivenciado como una parte de su propio cuerpo. Una vez lograda esta
omnipotencia ilusoria, la madre debe ir desilusionando al niño poco a
poco.

La meta es que el bebé adquiera la noción de que el pecho es una


posesión, en el sentido de un objeto, pero que no es él.
El objeto transicional ocupa el lugar de la ilusión y este es conservado por el
niño.

El osito de trapo tiene un rol en la elaboración de los sentimientos de


perdida frente a la separación de la madre.

Dice el autor: “puede surgir alguna cosa o fenómeno (…), o algún


amaneramiento que se haga de vital importancia para el pequeño a la hora
de acostarse y que sea una defensa contra la angustia, especialmente la de
tipo depresivo”.

Como estos objetos representan a la madre es esencial que ella sea


vivenciada como un objeto bueno.
Características comunes de dichos objetos:

• El niño afirma una serie de derechos sobre el objeto que son respetados
por los adultos.
• Es afectuosamente acunado y excitadamente amado y mutilado.
• No debe cambiar a menos que el niño así lo desee.
• Debe sobrevivir al amor, al odio y a la agresión pura.
• Al niño debe parecerle que da calor, se mueve, tiene textura o que posee
alguna cualidad que le da realidad propia.
• Para el niño no resulta tan obvio que procede del exterior, pero es claro
que no procede del interior. No es una alucinación.
Una vez que le objeto transicional permitió al niño instaurar en su
interior un objeto bueno suficientemente indenme, sigue un paso
importante: la necesidad de alejarse del objeto transicional. Esto se
produce a través de la diversificación de fenómenos y objetos
transicionales.

El objeto transicional es susceptible a tener una evolución patológica.


• El fetichismo
• La adicción
• El robo
Desarrollo emocional primitivo
Plantea una hipótesis acerca de la evolución que sigue el ser humano
desde su nacimiento hasta los primeros años de vida.

Se da en tres etapas:
• Integración y personalización
• Adaptación a la realidad
• Preinquietud o crueldad primitiva
La integración y la personalización.

La meta es la integración de los núcleos del yo y la personalización, adquirir la


sensación de que el cuerpo aloja al verdadero self.

La integración se logra a partir de Personalización:


dos series de experiencias:
“El sentimiento de que la
• Los cuidados de la madre, persona de uno se halla en el
quien recoge los pedacitos del cuerpo propio”.
yo y le permite el niño sentirse
integrado a ella.
• Experiencias instintivas. Winnicott propone que el desarrollo normal
llevaría al logro de un esquema corporal, lo
llama unidad psiquesoma.
Adaptación a la realidad

El niño con un yo relativamente integrado y el mundo son dos cosas separadas. El


siguiente paso es llegar a una relación óptima con este mundo externo.*

Para Winnicott, la fantasía precede a la objetividad, y el enriquecimiento de aquella


con aspectos de la realidad depende de la ilusión creada por la madre. Todo reposa
en el vínculo temprano del niño con la madre.

Define a la mente cómo: “La actividad mental del


pequeño hace que un medio suficiente se transforme
en un éxito. Que libera a la madre de la necesidad de
ser casi perfecta es la comprensión del pequeño”.
La crueldad primitiva (fase de preinquietud).

El último paso que debe dar el niño es integrar en un todo las distintas
imágenes que tiene de su madre y del mundo. Winnicott piensa que
este tiene una cuota innata de agresividad que se expresa en ciertas
conductas autodestructivas.

El bebé expresa rabia, recibe amor.

La criatura adquiere la noción de que sus propios impulsos no son tan


dañinos y puede, poco a poco, aceptar la responsabilidad que tiene
sobre ellos.
¿Qué sucede si la madre no puede proporcionar los cuidados
necesarios en esta etapa?

• En la mente del niño persistirá la separación dela madre dañada y la


madre amorosa.
• La incapacidad para sentir inquietud se expresará en una
imposibilidad para realizar actividades reparatorias.

• Una perturbación en la maduración emocional dará como resultado


un individuo temeroso de sus propios impulsos, sin capacidad
creativa alguna y, probablemente, con un mundo externo e interno
fragmentados como reflejo de la imagen materna escindida que
guarda en su interior.
Ideas sobre la comunicación
Winnicott propone distinguir dos formas de incomunicación:

• La simple, la persona estaría momentáneamente relacionada con sus


objetos internos.
• La activa, podría significar un estado más cercano a la patología.

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