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A CHORRO
• El principio de la propulsión a chorro es conocido desde hace siglos, pero su
aplicación práctica es muy reciente. Se atribuye al matemático y científico griego
Herón de Alejandría, alrededor del siglo I d.C., el diseño de un dispositivo
experimental que puede considerarse el primer motor a reacción. El dispositivo,
llamado eolípilo, aunque no realizaba ningún trabajo práctico, demostraba no
obstante que un chorro de vapor expulsado hacia atrás por un generador era
capaz de impulsar a éste hacia delante. El eolípilo consistía en una cámara
esférica a la cual se le suministraba vapor desde un soporte hueco. El vapor podía
salir a través de dos tubos curvados que se situaban en lados opuestos de la
esfera. La reacción a la fuerza del vapor al ser expulsado hacía girar la esfera. El
desarrollo de la propulsión a chorro consiguió espectaculares avances en el
campo de la aeronáutica civil y militar. Aplicaciones importantes fueron los
aviones pilotados capaces de superar varias veces la velocidad del sonido.
• En astronáutica, destacaron los cohetes de gran potencia, capaces de poner en
órbita satélites artificiales. En el campo militar se desarrollaron misiles balísticos
intercontinentales, con posibilidad de transportar incluso cabezas nucleares.
Principios y dinámica de la
propulsión a chorro
• El principio de la diferencia de presiones que rige en el ejemplo del globo, es el
mismo que para un motor a reacción, aunque el funcionamiento de éste no es tan
simple. En el motor de reacción, aunque también es importante la diferencia de
presiones, lo es más conseguir una gran velocidad de aceleración del chorro. Para
ello, se utilizan fuerzas que permiten fluir el gas hacia atrás formando un chorro, lo
que se traduce en empuje hacia delante. Ello es conforme con la tercera ley de
Newton, la cual expresa que toda fuerza genera una reacción igual y opuesta; por
tanto una fuerza de chorro hacia atrás exige ser compensada por una reacción hacia
delante, que es la que conocemos como "empuje". Un ejemplo de empuje lo
podemos observar cuando se dispara un arma de fuego, produciéndose un retroceso
por efecto del incremento de la masa del proyectil o de su velocidad.
• Para conseguir motores de gran empuje se necesita un elevado flujo de masa y altas
velocidades de salida del chorro, lo cual sólo puede obtenerse con el aumento de las
presiones internas del motor y el incremento de volumen del gas producto de la
combustión. La propulsión a chorro es empleada, preferentemente, en aviones
supersónicos y que vuelan a gran altitud, y también en misiles, cohetes y naves
espaciales.
La propulsión a chorro
hidráulica
• Aunque en esta sección se trata la propulsión a chorro aplicada a la
aeronáutica, y por tanto con los gases como fluido, en realidad en esta forma
de propulsión también se utilizan fluidos líquidos, como el agua. Un ejemplo
muy simple de esta aplicación la podemos observar en un aspersor de
césped giratorio; en este dispositivo la fuerza de chorro del agua reacciona
haciendo girar las bocas aspersoras. Ya en la década de 1920 se intentó llevar
la propulsión a chorro hidráulica a la navegación marítima a cargo de
ingenieros británicos y suecos, aunque con menos éxito que en la
aeronáutica cuando se ha tratado de buques de gran tonelaje. La propulsión
a chorro hidráulica ha quedado reservada, fundamentalmente, a barcos de
menor porte, lanchas rápidas y embarcaciones de recreo. En estos sistemas
el agua se absorbe por la proa mediante bombas de alta presión y se expulsa
por la popa a través de toberas que producen chorros de agua a alta
velocidad. Para que estos reactores hidráulicos puedan competir con las
formas clásicas de propulsión marítima por hélice, necesitan bombas muy
eficientes y de alta velocidad.
REACTORES