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Código de la Infancia y la

Adolescencia.

Artículo 7°. Protección integral. Se entiende por protección integral


de los niños, niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos
de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la
prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su
restablecimiento inmediato en desarrollo del principio del interés
superior. La protección integral se materializa en el conjunto de
políticas, planes, programas y acciones que se ejecuten en los
ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la
correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y
humanos.
No importa dónde hayan nacido, cuál sea el color de su piel o qué
idioma hablen incluso su religión, estos derechos son para todos los
niños y niñas. Sin excepción.

Derecho a la vida
Derecho a la supervivencia y a la salud
Derecho a la educación
Derecho al juego
Derecho a la protección
Derecho a no ser separados de su familia
Derecho a tener un nombre
Derecho a opinar y ser escuchados
Derecho a la alimentación
Derecho a tener una familia
Artículo 18. Derecho a la integridad personal. Los
niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho
a ser protegidos contra todas las acciones o
conductas que causen muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico. En especial, tienen
derecho a la protección contra el maltrato y los
abusos de toda índole por parte de sus padres, de
sus representantes legales, de las personas
responsables de su cuidado y de los miembros de
su grupo familiar, escolar y comunitario.
maltrato infantil: es toda forma de
perjuicio, castigo, humillación o abuso
físico o psicológico, descuido, omisión o
trato negligente, malos tratos o
explotación sexual, incluidos los actos
sexuales abusivos y la violación y en
general toda forma de violencia o
agresión sobre el niño, la niña o el
adolescente por parte de sus padres,
representantes legales o cualquier otra
persona.
“La violencia contra los niños, niñas y adolescentes
es una violación de sus derechos humanos, una
realidad preocupante de nuestras sociedades. Jamás
se puede justificar, sea por razones disciplinarias o
por tradiciones culturales. No hay niveles ‘razonables’
de violencia que sean aceptables. La violencia
legalizada contra los niños en un ámbito determinado
corre el riesgo de generar tolerancia respecto de la
violencia contra los niños, niñas y adolescentes en
general.”
- Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos.
El abuso sexual contra niños, niñas y
adolescentes es una de las peores
formas de violencia contra la niñez y
adolescencia. A pesar de que
constituye un problema creciente en
el mundo, la mayoría de los casos
no son detectados ni denunciados.
Abuso sexual o violencia sexual:
• Los manoseos, frotamientos, contactos y besos sexuales.
• El coito interfemoral (entre los muslos, sin penetración).
• La penetración sexual o su intento, por vía vaginal, anal y bucal.
• Actitudes intrusivas sexualizadas, como efectuar comentarios
inadecuados e indagaciones inapropiadas acerca de la
intimidad sexual de los NNA.
• La exhibición de pornografía. En ocasiones, disfrazada como
“educación sexual”.
• Instar a que los NNA tengan sexo entre sí o fotografiarlos en
poses sexuales.
• Contactar a un NNA vía internet con propósitos sexuales
(grooming=engaño pederasta).
El abuso sexual contra los NNA es una de las
peores formas de violencia. Las víctimas
sufren un daño irreparable a su integridad
física, psíquica y moral. Se daña su derecho
a la integridad, la intimidad, la privacidad y,
principalmente, se vulnera el derecho a no
ser expuesto a ningún tipo de violencia,
abuso, explotación o malos tratos.
Ruta de
atención a
victimas de
violencia o
abuso sexual

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