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V Nació en 1944 en Alemania, estudió Filosofía,

Sociología Psicología y Ciencia Política en


Friburgo, Munich. Se doctoró en 1972 y ya en
1992 accedió a hacer la cátedra de Sociología en
una Universidad en Munich. Dirige el centro
de investigación sobre la modernización en
Alemania, además de pertenecer a muchas
comisiones relacionadas con temas de interés
sociológico en general.
V Oeck es un autor que junto a Giddens defiende un
espacio para la sociología reflexiva y así poder
analizar de manera crítica el tiempo presente.
V Desde su análisis, se acerca a los problemas de la
sociedad actual, que no son los mismos que
analizaba la sociología de las sociedades
precedentes.
V Se encuentra con la complejidad de las relaciones,
la desregulación absoluta, la prevalencia del poder
y decisión de las corporaciones, la inhibición de los
poderes políticos, una fuente de incertidumbre,
inseguridad y riesgos.
V sta asume una carga de riesgo, en su propia
identidad que encierra una grave
contradicción: el peligro de supervivencia de la
especie.
V La rentabilidad del sistema corre el riesgo de la
incertidumbre: no parte de la seguridad y de
un escenario sostenible en términos ecológicos,
sino que conoce que existen márgenes de
peligrosidad para la especie, cuya cobertura es
prioritaria, sólo en base a la obtención de
beneficios.
V Si antes la sociedad se caracterizaba por el
progreso y la controlabilidad, el pleno empleo
y la explotación de la naturaleza, ahora han
quedado socavadas esas características por 5
procesos interrelacionados:
- Globalización
- Individualización
- Revolución de Géneros
- Subempleo
- Riesgos Globales
V þsta segunda modernidad debe enfrentarse a los
nuevos retos.
V Por una parte observamos el desarrollo de las
sociedades multireligiosas, multiétnicas,
multiculturales, la multiplicación de las soberanías, etc.
Pero, por otra parte se observa la extensión del trabajo,
la desregulación legal de grandes sectores de la
economía y de las relaciones laborales, la pérdida de la
legitimidad del estado, etc.
V þstos son los aspectos que implican que una sociedad
del riesgo global requiera de un nuevo marco de
referencia para poder entender la dinámica y las
contradicciones de esta segunda modernidad.
V þs el enfoque moderno de la previsión y
control de las consecuencias futuras de la
acción humana, las diversas consecuencias no
deseadas de la modernización radicalizada. þs
un intento de colonizar el futuro.
V þl concepto de riesgo y de sociedad de riesgo
combina lo que antes puedo ser excluyente;
sociedad y naturaleza, ciencias sociales y
ciencias de la materia, construcción discursiva
del riesgo y materialidad de amenazas.
V Los riesgos se han convertido en una de las
principales fuerzas de motivación política y
han sustituido a otros temas de interés, como
las desigualdades asociadas a la raza, a las
clases o al género.
V Por eso es que el concepto de globalidad del
riesgo no significa una igualdad global del
riesgo, por lo que hay una primera ley que
ejemplificaría lo anterior en referencia a los
riesgos medioambientales y es que: c
   
c   
V þn cuanto al riesgo financiero global en una
sociedad del riesgo global, existen
interrelaciones entre dos conflictos como son la
distribución de bienes y de males. þstá dándose
un colapso en la institución estado-nación,
frente a lo que surgen opciones de
proteccionismo nacional, y regional, así como
instituciones transnacionales y la
democratización.
V La existencia de problemas ecológicos y
tecnológicos del riesgo y las implicancias
sociológicas y políticas.
V þn efecto, según el autor, vivimos en una era de
riesgo que es global, individualista y más moral de
lo que suponemos. Pero esto último referido a la
ética de la autorrealización y del logro individual
que es la corriente más poderosa de la sociedad
occidental moderna. þlegir, decidir y configurar
individuos que aspiran a ser autores de su vida y
creadores de su identidad, son las principales
características de nuestros tiempos.
V Los tópicos que dominan los debates en la
actualidad dicen relación con la disolución de
la solidaridad, la decadencia de los valores, por
lo que vemos que lamentablemente la sociedad
moderna vive de recursos morales que es
incapaz de renovar«
V Por otra parte y respecto de lo que significaba y
significa hoy la libertad política, también hay
muchos cambios.
V þn la primera modernidad, el problema de quienes
tenían o no derecho a la libertad se resolvía
recurriendo a aspectos como la naturaleza, el
género y la etnicidad, por ejemplo, y en base a esas
diferencias todo se zanjaba desde allí.
V þn la segunda modernidad, la declaración de
libertad es un hecho y desde allí comienza a
desafiarse la base de la vida cotidiana, así como
también, la base de la política global. Siendo hijos,
por tanto, de la libertad, las condiciones de vida en
que la democracia está radicalizada, los
parámetros que antiguamente nos servían para
resolver algún tema específico, ya están obsoletos.
V Cada vez aumenta más el número de seres
humanos que son sustituidos por tecnologías
inteligentes, por lo que el creciente desempleo
no puede atribuirse a crisis económicas, sino a
lo exitoso que ha resultado el capitalismo
tecnológicamente avanzado. Por consiguiente,
mientras más se desregulan y flexibilizan las
relaciones laborales, más rápido se convierte la
sociedad del trabajo en una sociedad del riesgo.
V sta implica el debilitamiento de las estructuras
estatales, de la autonomía y del poder del estado.
V La idea de una ´responsabilidad globalµ implica
como mínimo la posibilidad de un nuevo
u
  c  occidental: imponer los derechos
humanos en todo el mundo.
V Si resultan exitosas las políticas a nivel global, es
más probable que surja una ´·fachada
cosmopolitaµ para que se legitime la intervención
militar occidental. Así, ocurre que la subordinación
de los estados débiles a las instituciones de la
´gobernación globalµ sea, en realidad, el espacio
para estrategias y poder disfrazarlas de
intervención humanitaria.
V La idea de esto es que existe una nueva
dialéctica de cuestiones globales y locales que
no tienen cabida en la política nacional. Por lo
tanto, sólo se pueden debatir y resolver
adecuadamente en un marco transnacional,
para lo cual se tiene que dar lugar a la
fundación de partidos cosmopolitas. þstos
representan a los intereses transnacionales de
forma transnacional, pero también funcionan
dentro de los ámbitos de la política nacional.
V Compartir riesgos o la ´socialización del riesgoµ, en
opinión del autor, puede convertirse en una poderosa
base de comunidad, una base que tiene aspectos
territoriales y no territoriales. Hasta ahora, el riesgo se
ha contemplado como un fenómeno puramente
negativo que hay que evitar o minimizar. Sin embargo,
también pueden considerarse algunos de los
fenómenos como positivos, cuando implica el hecho de
compartir riesgos sin fronteras; así es como las
comunidades posnacionales pueden construirse y
reconstruirse como comunidades de riesgo. þl
compartir riesgos, implica asumir responsabilidades, a
su vez, implica convenciones y fronteras en torno a una
comunidad de riesgo que comparte la carga.
V þn nuestro mundo de alta tecnología muchas
comunidades de riesgo son comunidades
potencialmente políticas en un nuevo sentido:
de que tienen que vivir con los riesgos que
otros aceptan. þxiste una estructura básica de
poder dentro de la sociedad mundial del
riesgo, que divide a quienes producen y se
benefician de los riesgos y a los muchos que se
ven afectados por esos mismos riesgos.
V Según Oeck, la sociedad actual se encuentra
todo el tiempo en la constante de estar
sometida a fuertes riesgos, a procesos de
individualización, o al hecho de estar sujetos al
comportamiento en la vida social y en la
modernización, como escenario de las
representaciones que significan los cambios.
V Se habla hoy de seguridad, de procesos
preventivos y de control, pero las noticias nos
refieren a catástrofes ecológicas, crisis
financieras, terrorismo y guerras.
V Así, el autor distingue la primera modernización que
discurre a lo largo de la industrialización y de la creación de
una sociedad de masas, de la segunda modernización que es
propia de una sociedad dependiente de la globalización y de
los cambios tecnológicos.
V Si en la era industrial, el núcleo era la familia como célula
social, cultural y laboral, además de la estructura de la
socialización primaria, hoy vemos que ese núcleo está roto,
porque las sociedades con sus valores puestos en el
mercado, empujan hacia la individualización de las
estructuras y donde la incertidumbre del individuo recae
sobre esta sociedad del riesgo; trabajo precario, inestabilidad
de las uniones matrimoniales, dificultad para identificar los
valores, desarraigo, crisis individual, escepticismo, entre
otras características.
V La individualización produce un efecto
esterilizador frente a todo aquello que antes para
las personas significaba mostrar su dimensión
cívica, hay crisis en los sindicatos, en los partidos,
y en todo aquello que representaba públicamente a
los ciudadanos.
V La idea de Oeck, a la luz de Giddens dice relación
con adaptar las normas actuales a la realidad social
y a las necesidades del momento que se vive.
V Serían nuevos pactos sociales que tiendan a
contrarrestar el excesivo paso del mercado y sus
efectos, para poder aminorar los riesgos y así,
ampliar el perímetro social y cultural del
individuo.
V Si la sociedad actual se define por los procesos de
globalización, el autor se refiere a los vectores
locales y globales, en donde la necesidad de una
cooperación supranacional sea el instrumento de
refuerzo del desarrollo y de la estabilidad social.
V Frente a los valores del viejo þstado nacional fuerte
y jerarquizado, describe el þstado Cosmopolita,
autónomo, pero abierto a la cooperación y a una
cohesión internacional, que manteniendo la
diversidad, sea capaz de amortiguar las tensiones
que producen las diferencias.

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